Una fortaleza es un rasgo, una característica psicológica que tienen las personas y que se presenta en situaciones distintas y se mantiene a lo largo del tiempo. En este sentido son rasgos estables pero que pueden entrenarse y mejorarse.
Y para mejorarlos es necesario conocerlos y saber cuál es el nivel en que tenemos en cada una de las fortalezas. Con ello podremos decidir que fortalezas van más con cada uno de nosotros, cuáles queremos fortalecer o cuáles no nos interesan.
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El estudio de las fortalezas humanas viene de lejos, allá por el año 1999, y surge de un grupo de investigadores en psicología positiva entre los que destacan Mihaly Csikszentmihalyi, Martin Seligman o Christopher Peterson. Después de una larga investigación la lista final (provisionalmente) se ha identificado 24 fortalezas cuya principal característica es que son casi universales, que se valoran en casi todas las culturas del mundo (los autores de la lista hablan de fortalezas obicuas por ese casi, por no llegar a ser universales). 24 fortalezas positivas, rasgos de personalidad a los que damos un valor moral y que nos pueden acercar a nuestra felicidad. Bueno, pues veamos cuáles son las 24 fortalezas según aparecen descritas por Christopher Peterson y Nansook Park en el libro La Ciencia del Bienestar:
Creatividad: pensar en formas nuevas y productivas de hacer las cosas.
Curiosidad: tener interés sobre todas las experiencias que están teniendo lugar.
Apertura de mente: pensar en las cosas con profundidad y desde todos los ángulos
Amor al aprendizaje: buscar el desarrollo de nuevas destrezas, temas y cuerpos de conocimiento.
Perspectiva: ser capaz de proporcionar sabios consejos para otros.
Autenticidad: decir la verdad y presentarse a uno mismo de una forma genuina.
Valor: no amedrentarse ante la amenaza, el desafío, la dificultad o el dolor.
Persistencia: finalizar lo que uno empieza.
Vitalidad: acercarse a la vida con excitación y energía.
Bondad: hacer favores y ayudar a los demás
Amor: valorar las relaciones cercanas con los demás.
Inteligencia social: ser consciente de los motivos y sentimientos de uno mismo y los demás.
Justicia: tratar a todo el mundo de la misma forma de acuerdo a las nociones de justicia y equidad.
Liderazgo: organizar a actividades de grupo y conseguir que sucedan
Trabajo en equipo: trabajar bien como miembro de un grupo o equipo.
Capacidad de perdonar: perdonar a aquellos que nos han hecho daño.
Modestia: dejar que los logros propios hablen por sí mismos.
Decir cosas de las que luego uno se podría arrepentir(discreción)
Autorregulación: regular lo que uno siente y hace.
Apreciación de la belleza y la excelencia: percibir y apreciar la belleza, la excelencia o la destreza en todos los ámbitos de la vida
Gratitud: ser consciente y agradecido de las buenas cosas que suceden.
Esperanza: esperar lo mejor y trabajar para lograrlo.
Humor: gusto por la risa y la broma; generar sonrisas en los demás.
Religiosidad: tener creencias coherentes sobre un propósito más alto y un sentido en la vida.
Por César César Martínez Romero
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