«Si buscas a Dios, lo que haces es buscar ideas. . . y pasar por alto la realidad», dijo el Maestro.
Y contó el caso de un monje que se quejaba de la celda que le habían dado: «Yo quería una celda desde la que pudiera contemplar las estrellas, pero me han dado una que tiene delante un estúpido árbol que me lo impide. . . »
Sin embargo, fue precisamente mirando aquel árbol como alcanzó la Iluminación el anterior ocupante de la celda.
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