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domingo, enero 31, 2016

No permitas que la ansiedad te detenga

¿Tienes problemas para combatir la ansiedad?, ¿está afectando a tu vida?, ¿sientes que cada día te sumerges más en la soledad? Si es así, debes saber que no estás solo. En todo el mundo hay mucha gente lidiando con la ansiedad en su vida diaria.



Aunque puede parecer un problema que te mantendrá alejado de una vida normal, la ansiedad también puede ser una oportunidad. Cuando te das la oportunidad de entender tu ansiedad puedes mejorar en muchos aspectos.

“No te limites. Levántate, mantén la cabeza alta y demuestra lo que tienes.”
-Joe Mari Fadrigalan-

Identifica tu miedo

La ansiedad suele nacer del miedo y de la preocupación por el futuro. Algunas veces puedes sentir temor por las reacciones ajenas. Pero en el fondo, el motivo central de la ansiedad eres tú mismo y la idea que tienes sobre ti y sobre lo que deberías ser, hacer o parecer.


Quizás tienes alguna característica física que te avergüenza, por ejemplo o que te preocupe que no te salgan bien las cosas en un futuro. Para evitar que la ansiedad te detenga, primero debes identificar y aceptar lo que te está afectando.

Cuando conoces tus miedos puedes buscar una solución para enfrentarlos efectivamente. Es importante que no trates de evitar o de minimizar tus sentimientos. Cualquier característica que no te guste puede ser la causante de la ansiedad aunque a veces no nos demos cuenta.

“Aprendí que el coraje no era la ausencia del miedo, sino el triunfo sobre él. El valiente no es quien no siente miedo, sino aquel que conquista ese miedo.”
-Nelson Mandela-

Cambia tus percepciones

Vamos por la vida creyendo que nuestros defectos son los peores. Esto genera mucha ansiedad cuando llega el momento de interactuar con otros. Para evitar que la ansiedad se apodere de ti, necesitas escoger otro camino, abrirte a otra forma de ver la realidad.

Observa tu realidad desde otra perspectiva. Ya verás que poco a poco las cosas comienzan a verse más normales. Incluso te darás cuenta que aquello que para ti parecía un defecto enorme, es bastante común para los demás. Aprende a ver lo que ahora consideras un defecto de forma distinta. ¿Por qué no ves a ese rasgo que tanto te molesta como algo que te hace único?

Presta atención a los demás

Cuando pasas mucho tiempo pensando en lo que te desagrada, te queda menos tiempo para disfrutar de lo bueno. Lo mismo pasa con quienes te rodean. Si pasas todo el tiempo ansioso por lo que pensarán de ti, te olvidas de cuidar tus relaciones. 

No evites salir con tus amigos y familia o disfrutar del tiempo que pasas con ellos. Concéntrate en el momento en el que te encuentras y en quienes te rodean y deja de gastar tu tiempo en preocupaciones.

Ve poco a poco

La ansiedad no llega y se instala en un par de horas. Lleva muchos años desarrollar todos los hábitosque la mantienen en nuestra vida. Lo mismo pasa con el proceso para eliminarla de nuestra vida.

Debes comenzar poco a poco a combatir a la ansiedad. No te plantees ir a una gran fiesta donde seas el centro de la atención al inicio. Lo que necesitas es dar pequeños pasos. Si eres incapaz de salir de casa, prueba un día a salir a recoger el correo. No necesitas salir y saludar a todos los vecinos, solo has algo pequeño.
No huyas de las situaciones que te incomodan

Es difícil de hacer pero es una gran estrategia para terminar definitivamente con la ansiedad. Permanecer en el lugar que nos incomoda nos ayudará a afrontar a aquello que tememos, a pesar del malestar que estemos sintiendo. Seguro que hasta ahora has buscado evitar las situaciones que te generan ansiedad. ¡No lo hagas más! Permítete sentir el miedo y las dudas.


De esta forma aprenderás a resolver las situaciones incómodas y poco a poco te resultarán más normales. Llegará un momento en que ni siquiera entenderás por qué te sentías así. Desde luego que es un proceso, pero el resultado es genial. Solo cuando enfrentas tus miedos los puedes vencer.

“Puedes correr, correr, correr lejos de un montón de cosas en la vida pero no puedes huir de ti mismo. Y la clave de la felicidad es entender y aceptar lo que eres.”
-Dale Archer-

Acepta el poder sobre tu vida

La ansiedad puede tomar el control total sobre tu vida si lo permites. No dejes que las emociones negativas tengan más poder que tú. Si algún aspecto no te gusta, piensa cómo cambiarlo, mejorarlo o sacarle el máximo provecho. Cuando la ansiedad sea un problema permanente que no puedas controlar, piensa en acudir a un especialista.

Okairy Zuñiga

sábado, enero 30, 2016

Lo que me gustaría que la gente entendiera sobre la tristeza

Lo que me gustaría que entendieras sobre la tristeza es que tengo derecho a sentirla, a vivirla, y a abrazarla sin que por ello me etiquetes de débil. Mi mundo se reconstruirá de nuevo pieza a pieza tras haber enfrentado sus matices y entendido mis demonios.


Estar triste no es estar enfermo, ni tener una depresión, ni habernos dejado vencer cual almas derrotadas por las inclemencias de la vida. La tristeza es una emoción, un estado de ánimo puntual donde el mundo queda inmovilizado para poder entendernos un poco más. Para profundizar en nuestros vacíos.
La tristeza, a veces, se esconde tras las sonrisas. Es como una eterna pasajera que nos visita por libre voluntad para recordarnos que somos humanos, y que de nuestra debilidad, pueden emerger también muchas fortalezas.

Si bien es cierto que mantener durante un periodo prolongado un estado emocional de componente negativo como es la tristeza, cabe la posibilidad de que derivemos en la indefensión, y en una depresión, no es algo que ocurra siempre.

La tristeza viene y va, y más aún, en ocasiones, aunque intentemos buscarle un origen, hay tristezas que no tienen explicación: aparecen sin más. Son estados de ánimo decaído que desaparecen al poco, cuando el rumor de la vida nos alcanza de nuevo, con sus ilusiones, con sus días despejados y risas que tampoco tienen ninguna explicación. Es necesario pues profundizar un poco más en esta emoción tan común a la que no hay que tenerle miedo. Y aún más, no tacharla nunca como sinónimo de debilidad personal.

Buenos días tristeza, hoy me acordé de ti

Abrimos los ojos por la mañana, y, sin saber cómo, ahí está esa sensación implacable que nos quita el aliento y que deja caer sobre nuestra memoria todos los recuerdos del ayer. La tristeza nos viste con su manto frío y quedamos paralizados.

Puede que seas de esas personas: de las que se quedan en amargo silencio porque saben que si pronuncian una palabra aparecerán las lágrimas, o decir “que no es nada” cuando la tristeza lo es todo…

La tristeza forma parte de nuestra vida, y podemos decir sin equivocarnos que es una de las emociones más comunes a la vez que menos entendidas. Nadie se atreve a decir en voz alta “estoy triste”, siempre preferimos utilizar el disimulo, la máscara…

Y más aún, en ocasiones, si nos atrevemos a comunicarle a alguien que nos sentimos de este modo, lo más habitual es que nos respondan un “!Pues alégrate, total la vida son dos días, sonríe!”. No es lo adecuado. La tristeza debe entenderse, y pocas veces se resuelve dibujando una sonrisa en el rostro. Aunque de hecho, es lo que hacemos siempre. Veamos ahora esos aspectos esenciales que valdría la pena que todo el mundo comprendiera.

La tristeza es un estado de ánimo con muchos matices

Entendemos la tristeza básicamente como una emoción negativa. Ahora bien, a pesar de que la mayoría de las veces se asocia a algo de componente drástico, como puede ser una ruptura, una pérdida, un fracaso o una decepción, no siempre existe un origen “negativo” como tal. 
En ocasiones la tristeza es un simple decaimiento, una apatía, una necesidad de estar con nosotros solos, con nuestros pensamientos.
Estar triste no se relaciona con tener miedo, con querer huir de algo. Ahora bien, en ocasiones hay quien tiende a mezclar rabia con tristeza (me abandonan y reacciono con rabia, pero más tarde, asumiré la realidad atravesando un tiempo con mis tristeza, con el dolor emocional en este caso).

Los desencadenantes de la tristeza no siempre pueden definirse

Los desencadenantes que traen la tristeza en ocasiones son muy claros y los hemos citado con anterioridad: pérdidas, fracasos, separaciones, decepciones…
Es común que la tristeza aparezca a continuación de una determinada experiencia marcada por la rabia, el miedo… Es el momento en que el cerebro debe “asumir” lo ocurrido, y para ello, debe interiorizar y debe desahogar.
Las tristezas pueden aparecer tras un proceso cognitivo. Son esos instantes en que uno valora un aspecto de su vida presente o pasado, y asoman de pronto las emociones negativas.
A su vez, la tristeza puede hacer acto de presencia sin que uno entienda muy bien por qué. A veces es una simple bajada de energía, la visita del pesimismo, factores climatológicos o incluso algún problema de salud.

Déjame llorar, déjame vivir mis tristezas pero entiende mi proceso

La persona triste agradece tu presencia, tu apoyo y tu interés, pero nunca le digas que “es bobo o boba por sentirse así”, nunca acentúes mediante la ironía un estado como la tristeza.
Es necesario vivir este instante y comprenderlo para ahondar en su origen. Y para ello, si se necesita, pueden recurrirse a las lágrimas: son un desahogo imprescindible.
Entender la tristeza supone realizar un viaje al interior, y para ello, necesitamos un tiempo limitado para nosotros mismos. Debemos entender y reconstruir. Necesitamos comprensión y respeto.
Toda emoción asumida y entendida supone un paso hacia la recuperación, y por ello, es necesario saber afrontar todas estas tristezas cotidianas. Así pues, no las escondas bajo una máscara, afróntalas antes de dibujar tu vacío con una tibia sonrisa.
Adiós tristezas, hoy he decidido haceros frente, abrir la ventana y dejaros ir porque he aprendido a ser fuerte, porque hoy me visto de ilusión y nuevas esperanzas.

Valeria Sabater

viernes, enero 29, 2016

4 decisiones que no debes tomar en un mal momento

Los malos momentos son necesarios para encontrar la felicidad, analizar nuestras acciones y crecer.Aunque te guste pensar que lo mejor son esos días que están llenos de risas y alegría, los que te hacen ser tú pueden ser los menos agradables. Un mal momento, nos puede ayudar a avanzar.



Algo que resulta clave en un mal momento son las decisiones que tomamos. La más básica es cómo te enfrentas a lo que sucede: con optimismo o con rechazo. A partir de aquí surgen muchos caminos. 

Esta vez te queremos hablar de las decisiones que no debes tomar en un mal momento. Por muy difícil que te resulte, en algunas ocasiones es mejor mantener la calma y esperar a que la situación cambie. De no hacerlo así podrías arrepentirte por haber elegido mal.

1. Terminar relaciones

Mentiras y situaciones complejas te pueden hacer creer que la mejor decisión para ese mal momento es terminar la relación. Antes de dar por concluída una amistad o una relación de pareja date tiempo para pensar en lo que pasa.

Lo que en un inicio te podría parecer tan grave, luego puede parecer una tontería. Incluso eventos como discusiones y decepciones pueden tener una solución si les das algo de tiempo. Nuestra recomendación es que evites decir cualquier cosa que lastime al otro.

Date un par de horas o un día para pensar la situación. Cuando estés calmado podrás regresar y conversar sobre lo que pasó. Tanto en las relaciones de amistad como de pareja son comunes las discusiones.

2. Herir a la otra persona a propósito

Ya sé que en medio de una discusión o de un mal momento pueden surgir comentarios poco amigables. Esto se entiende y aunque pueden herir también es posible seguir adelante. Pero tendrás un problema si haces comentarios que lastiman a propósito. No vale traer a colación peleas anteriores, comparaciones o cosas que sabes que afectarán a la otra persona.

En un primer momento pensarás que tendrás ventaja de este modo, pero irás perdiendo la confianza. No necesitas lastimar a nadie para sentir que has ganado. Recuerda que el otro lado también es una persona que no merece ser lastimada. En el peor de los casos podrías encontrarte con que las personas que amas se alejarán de ti.

3. Dejar tu empleo

Cuando pases un mal momento no debes dejarte llevar por las emociones. Quizás ahora piensas que tu empleo es todo lo que no quieres. ¿Realmente es así? A veces nos sentimos sobrepasados por el estrés y las presiones.

Date un tiempo para analizar tu situación. Es probable que realmente no estés donde quieres y entonces sí es válido moverte a otra opción. Pero si solo crees que estás siendo sobrepasado considera tomarte un descanso.

Si no te es posible dejar tu empleo por completo o tomar vacaciones en el momento, al menos procura aprovechar el fin de semana. Descansa o realiza actividades que te ayuden a olvidar las obligaciones diarias.

4. Iniciar relaciones

Así como no debes terminar ninguna relación cuando estás en un mal momento tampoco debes iniciar otras. En específico me refiero a aquellas que pueden afectarte seriamente. No es malo iniciar una amistad pero sí una relación de noviazgo o matrimonio.

Puedes pensar que esta clase de decisiones le darán estabilidad a tu vida. Sin embargo, para que la estabilidad sea real y duradera, la relación debe estar basada en sentimientos verdaderos.

Si inicias una relación creyendo que esa persona solucionará tus problemas, estás creando más problemas. Toma en cuenta que incluso las relaciones donde hay amor pueden fallar cuando existen otras carencias. Esto se agrava en las relaciones “de paso” o “salvavidas”.

Aprende del mal momento y avanza

Un mal momento no es el final de nada, no te condena ni te limita. Aprende a ver las situaciones negativas como lo que son: parte de la vida. Muchas veces cometemos el error de querer escapar de todo lo malo. En el proceso nos perdemos enseñanzas y momentos importantes.

Llora si lo necesitas, enójate cuando la situación lo merezca y aléjate lo necesario para poner en orden las ideas. De esta forma procesarás mejor toda la información, evita decisiones apresuradas y tendrás menos cosas de las que arrepentirte.

Okairy Zuñiga

jueves, enero 28, 2016

Lo mejor en la vida lo encuentras sin haberlo buscado

Lo mejor en la vida llama a tu puerta sin que lo esperes, porque en ocasiones, el secreto de la felicidad está no en buscar sino en dejarse encontrar, en ser paciente y mantener siempre el corazón encendido de ilusiones, de esperanzas…



Y a ti, ¿te ha sorprendido la vida alguna vez con esos engranajes inexplicables? En ocasiones, nos aferramos a dibujar en nuestra mente cómo debe ser nuestro futuro, y qué rostro debe tener ese amor que nos traerá la felicidad. Ahora bien, en realidad, a veces basta sólo con “dejarnos llevar”.
Sé paciente, ten calma. Porque cuando menos lo esperes todo tendrá sentido y la vida se acomodará a tus necesidades, a tus anhelos; basta con dejarse llevar y recordar que el protagonista de tu día a día, siempre eres tú y que mereces lo mejor.

Si hay algo que tenemos claro es que no es fácil tener paciencia ni convencernos de que basta sólo con confiar, para que todo lo bueno acontezca de pronto. En realidad, se trata de algo más: de tener la actitud adecuada.

Son tus pensamientos quienes dan fuerza a tus emociones y quienes trasforman tu realidad. Si nos encerramos en nosotros mismos y cultivamos el resentimiento y la frustración, es muy difícil que dejemos una ventana abierta para que la vida nos inunde con su magia repentina.

Mantén una actitud fuerte, enérgica y positiva donde tú seas siempre lo más importante, tú eres quien merece ser feliz. Practica la sencillez, la pasión por vivir y no cierres la puerta a nada: las mejores experiencias las trae la casualidad.

La vida acontece cada día, déjate llevar por ella

¿Cómo dejarnos llevar por lo que nos trae la vida?, ¿quiere decir esto que no hemos de luchar, que no hemos de esquivar aquello que no deseamos? En absoluto. Existen matices: dejarse llevar por la vida es básicamente permitirnos “vivir” y aprender y disfrutar de todos sus detalles.
La vida te regala cada día nuevas oportunidades: permítete ser feliz otra vez, deja que lo improvisto te encuentre y te vista de ilusiones renovadas, que pinte en tu rostro alegrías, y estrellas que deslumbren tu corazón.

Lo creas o no, hay muchas personas que no se permiten “vivir”, que no saben inscribir en su cotidianidad el don de la apertura, del optimismo, de la esperanza y de la capacidad de ser feliz y hacer felices a los demás.
La vida, en ocasiones, no es fácil, nos puede traer decepciones, pérdidas y errores. El quedarnos atascados con las vivencias del ayer nos cierra ventanas en el presente. Y una mente y un corazón con las ventanas cerradas se envenena de resentimiento.
No dejes que tus heridas te conviertan en alguien que no deseas ser: alguien infeliz. Si te limitas a mirar a los demás preguntándote cómo lo hacen, “como consiguen ser felices”, es que aún no conoces el secreto: las personas aceptan sus pasado, lo asumen y afrontan el presente con optimismo.

Lo mejor está aún por llegar

Es una actitud, un modo de dar aliento a nuestro día a día: piensa que lo mejor está por llegar pero disfrútalo como si ya hubiera llegado. 
Según el enfoque de la Programación Neurolingüística (PNL) las personas pasamos demasiado tiempo añorando o lamentando el pasado, a la vez que “fantaseando” con el futuro. Todo ello, de algún modo, nos trae ciertas insatisfacciones al pensar que nuestro presente no es lo bastante bueno.
Lo mejor, lo más adecuado, es permitirnos experimentar el “aquí y ahora” con plenitud convenciéndonos de que lo mejor está aún por llegar, que el mañana siempre será bueno porque hoy me he permitido ser feliz, porque “estoy construyendo mi presente” de forma adecuada.
Combate la insatisfacción cotidiana

Sabemos que no todos los días podemos ser felices, que la vida nos trae decepciones, pero… ¿merece la pena mantener de forma permanente esa insatisfacción que nos llena de amarguras y satisfacciones?
Seguro que también tú conoces a esas personas grises que nos envuelven con su negativismo. Por muchos argumentos que les ofrezcamos, no logramos sacarles una frase de ánimo, de aprobación, de esperanza.
Una vida insatisfecha es una vida perdida. Si en algún momento llegas a sentirte desbordado/a por esta sensación, ahonda en la raíz del problema; busca la razón a ese malestar y gestiónalo, ponle fin.
No busques, deja que te encuentren

Puede que también tú hayas divagado más de una vez en cómo debe ser tu trabajo ideal, tu casa perfecta y por qué no, tu pareja soñada.
No construyas altas expectativas ni te encumbres en un castillo de naipes inalcanzable. Simplemente, déjate llevar y atiende a las oportunidades de tu entorno, sé receptivo, intuye y observa. Cuando menos lo esperes, algo o alguien se estará fijando en ti.
La vida es tan imprevista que la felicidad aparece cuando menos lo esperas: intúyela y abrázala con fuerza para no perderla. Lo mereces.

Valeria Sabater

miércoles, enero 27, 2016

Descubre qué es la ansiedad y sus formas de manifestarse

La ansiedad es una de las sensaciones más comunes y más desagradables que padecen las personas.Este nivel de desagrado va a depender de su intensidad y del tipo de contexto en el que aparezca.




Generalmente, la ansiedad de una persona interfiere en sus actividades de la vida diaria y en ocasiones, para la persona puede resultar imposible llevar a cabo lo que tiene que hacer durante el día con normalidad.

En este artículo vamos a intentar explicar cuáles son sus aspectos básicos y si identificas lo que te está pasando con lo que vamos a explicar en este artículo, lo más conveniente es que busques ayuda de un profesional como un psicólogo clínico especialista en temas de ansiedad.

¿Qué es la ansiedad?

Los trastornos de ansiedad son los trastornos psicopatológicos más comunes en la población general.Ante su gran extensión, es conveniente que sepamos diferenciar entre sus diferentes manifestaciones. Para ello, explicaremos a continuación en qué se diferencia de la angustia, el miedo y las fobias.

La ansiedad es una reacción emocional que consiste en sentimientos de tensión, aprehensión, nerviosismo y de preocupación que causan una activación del sistema nervioso autónomo. La angustia es la misma sensación pero con un predominio de síntomas físicos, mientras que en la ansiedad lo que predominan son los síntomas psicológicos.

Mientras que los miedos están asociados a un estímulo externo identificable, la ansiedad aparece sin fuente externa de amenaza reconocible. Las fobias serían miedos desproporcionados que conducen necesariamente a la evitación y son irracionales.

La ansiedad tiene una capacidad anticipatoria de los eventos, lo que provoca que sea una sensación incómoda e invasiva. Su naturaleza es cognitiva y está orientada al futuro, lo que hace que pueda aparecer en cualquier momento.

Aparte de la propia naturaleza cognitiva de la persona, existe un factor de aprendizaje que propicia que ésta aparezca. Se añade también un componente biológico, ya que se ha observado hiperactividad en el locus coeruleus, alteración del neurotransmisor GABA y de la vía nerviosa que comunica el tálamo y la amígdala.

¿Cómo funciona?

La ansiedad no es un sistema unitario, sino que está formada por un triple sistema de respuesta: el sistema subjetivo, el sistema fisiológico y el sistema motor, que puede aparecer a la vez o cada sistema de manera independiente.

Cuando tenemos ansiedad, experimentamos como un pensamiento desagradable (sistema subjetivo) que sentimos también en nuestro cuerpo por la aceleración cardíaca, dilatación pupilar, temblor (sistema fisiológico) y también por nuestra expresión facial, gestos y en la forma de evitar (sistema motor).

Adentrándonos en los síntomas de la ansiedad

La ansiedad se caracteriza fundamentalmente por dos sensaciones predominates comunes en las personas que la padecen:
Indefensión: sensación de falta de control, de que no podemos hacer nada para evitar eventos internos y externos desagradables inminentes.
Incertidumbre: sensación de desconocimiento respecto al futuro, el cual se presenta de manera desconcertante ante nosotros generando malestar y desasosiego psicológico.

Además, tiene una gran variedad de síntomas en común con la depresión y otra gran variedad de síntomas que la diferencian de ella. Algunos de los síntomas más compartidos con la depresión son los caracterizados por un alto afecto negativo como la preocupación, la baja concentración, la irritabilidad, el insomnio, la fatiga, la agitación psicomotora, el llanto, el sentimiento de inferioridad, la culpa o la baja autoestima.

En cambio, los síntomas más propios son el miedo, el pánico, el nerviosismo, la evitación, la inestabilidad, hipervigilancia, percepción de amenaza de peligro, alta actividad simpática, etc.

Por otro lado, dentro de la ansiedad se diferencian distintos síndromes según la organización de los síntomas en torno a ella. Así podemos encontrarnos con las crisis de angustia, la agorafobia, el ataque pánico, las fobias específicas, la fobia social, el trastorno de ansiedad generalizada o el mutismo selectivo.

Tratamientos

Existen una gran cantidad de tratamientos según el trastorno de ansiedad que tengas, pero algunos han encontrado mayor eficacia que otros. Todo depende del especialista al que acudas y de cuál de ellos te vendría mejor para superarla.

Para el trastorno de ansiedad generalizada, el tratamiento más utilizado es el Tratamiento Cognitivo Conductual (TCC) que incluiría relajación, terapia cognitiva, exposición y prevención de recaídas. Además, la medicación también aparece como un tratamiento eficaz, mientras que la hipnosis se encuentra en fase experimental.

Para otros trastornos de ansiedad también muy frecuentes como las fobias específicas el tratamiento de elección es la exposición y para la fobia social el tratamiento de elección es la Terapia Cognitivo Conductual (TCC) junto a la Reestructuración Cognitiva (RC) y el Entrenamiento en Habilidadades Sociales (EHS).

Para hacer frente a la ansiedad por lo tanto lo mejor es conocerla, conocerse y buscar un buen profesional que pueda ayudar a controlarla, puesto que los tratamientos son muy variados y se ajustan tanto a la persona que la padece como al tipo de ansiedad que se está produciendo. Si ésta es tratada adecuadamente, no debe presentar una alta resistencia a los actuales tratamientos.

Cristina Roda River

martes, enero 26, 2016

Las emociones sin nombre

Sentir ganas de llorar sin motivo aparente, querer recuperar lo que sentimos en un determinado momento, darnos cuenta de que tenemos una vida muy común… Estamos rodeados de emociones sin nombre en nuestro día a día. 



Muchos de nosotros hemos sentido esas sensaciones o emociones sin nombre que nos gustarían haber podido describir con palabras pero nos resulta difícil y complicado. Aunque esta cuestión depende mucho del lugar geográfico en el que nos encontremos.

Hay idiomas como el de los indígenas Yámanas de Tierra del Fuego que crean palabras para expresar emociones complejas. Como por ejemplo, Mamihlapinatapai, que se atribuye a una mirada entre dos personas, cada una de las cuales espera que la otra comience una acción que ambos desean pero que ninguno de los dos se anima a iniciar.

Sorprendentemente parece que esta situación de incertidumbre ha causado gran interés a John Koening, diseñador y editor estadounidense que se ha propuesto solucionar al menos unas cuantas de estas emociones sin nombre.

El diccionario infinito de las emociones

Una noche John Koening tuvo una revelación: hay miles de nuevos sentimientos a los que no se han asociado palabras. En ese momento, Koening tomó la decisión de escribir un diccionario que recogiera todas aquellas emociones sin nombre, todos aquellos sentimientos huérfanos de denominaciones.

Koening llamó a esta recopilación de emociones “El diccionario de los dolores oscuros”. Un diccionario infinito, porque continuamente nacen emociones a las que hay que dar un nombre para que entren a formar parte de nuestro vocabulario. A continuación os presentamos algunas de las emociones que a fecha de hoy, ya tienen nombre.

Opia

Continuamente nos cruzamos con personas por la calle, en el metro, en una playa, y por unos segundos les miramos a los ojos. Nos sentimos como si nos estuvieran espiando por un agujero en la pared y nos invade una profunda sensación de vulnerabilidad.


Una de las emociones sin nombre que dejo de ser huérfana de denominación es opia, se refiere a la intensidad ambigua de mirar a alguien a los ojos, conocida actualmente o desde hace muy poco.

Yu yí

Recuerda la última vez que amaste a alguien y cómo te sentiste: pleno, en paz, feliz, completamente vibrante. Y cada vez que recuerdas esa sensación deseas con todo tu corazón volver a sentirla. Así, el deseo de sentir intensamente algo otra vez actualmente se conoce como yuyí.

Anecdoche

Una reunión en la que todos los asistentes hablan, una conversación en la que todos nuestros amigos cuentan cosas al mismo tiempo, una comida con familiares en la que todos gritan. Nadie se para a escuchar, a prestar atención a lo que dice otra persona.

Anocdoche se refiere a una conversación en la que todo el mundo habla, pero que nadie está escuchando. Se crea una confusión en la que no logramos entender nada y eso genera frustración.

Zenosquine

A medida que nos hacemos mayores, que cumplimos años, el tiempo pasa muchos más rápido. Los años son minutos y ese tiempo acelerado, nos provoca una sensación de pérdida, de no poder aprovechar cada segundo. Zenosquine se corresponde con la sensación de que el tiempo va cada vez más rápido.

Alazia

A lo largo de nuestra vida cambian muchas cosas y sentimos la necesidad de cambiar nosotros mismos, pero nos da miedo. Sentimos miedo de la opinión de los demás, de nuestros propios sentimientos, de la incertidumbre sobre el futuro… El miedo a no ser capaz de cambiar se denomina alazia.

Kenopsia

La sensación que sentimos cuando entramos en una iglesia vacía o abandonada, en un campo de fútbol en el que no se juega ningún partido; es una sensación de vacío, de abandono, de desazón.Koening llama a la sobrecogedora atmósfera triste de un lugar que normalmente se llena de gente pero que ahora está abandonado y tranquilo kenopsia.

Jouska

Después de una conversación en la que no hemos dicho lo que queríamos decir, por miedo, porque no nos han dejado hablar, o porque nos hemos sentido tan mal que no hemos logrado articular palabra, se genera una nueva conversación en nuestra cabeza que se repite continuamente denominada Jouska.

Liberosis

Liberosis corresponde con el deseo de que las cosas y situaciones nos importen menos. Un desengaño amoroso, una discusión con nuestro jefe, un malentendido con un amigo, son situaciones que nos afectan mucho y que aunque ocurran a menudo, nos hacen sentir mal y deseamos que nos importen menos, sentir menos.


“Las emociones son como caballos salvajes. No son explicaciones que nos ayudan a seguir adelante sino nuestra voluntad de seguir adelante.”
-Paulo Coelho-

Arantxa Alvaro Fariñas

lunes, enero 25, 2016

He decidido no hacer de un mal momento un mal día

Hoy he decidido que un mal momento, una discusión, o una crítica desafortunada, van a ser sólo nubes pasajeras que no estropearán más mis días, porque un mal instante no es sinónimo de una mala vida, y yo, merezco ser feliz.


Estamos seguros de que también tú habrás pasado una de esas épocas en que un mal momento parece encadenarse con otro más hasta tejer, sin saber cómo, una temporada de indefensión y de sensaciones muy negativas. Son esas etapas en que el estrés y la ansiedad se adhieren como una segunda piel en nosotros.

Un mal momento que no se gestiona como es debido, puede trasformarse en desconsuelo, rabia o frustración: las emociones negativas que no se afrontan, son como el humo oscuro de una chimenea que necesita salir fuera, de lo contrario las consecuencias son imprevisibles.

En el fondo, y si pensamos en ello por un segundo, nos daremos cuenta de que pocos días son los que llegan a la noche sin que al menos, hayamos pasado un mal momento, por insignificante que sea.


Una discusión, un malentendido, una decepción, un encuentro inesperado que no deseábamos, un error, un mal gesto, un desaire, una mala noticia, algo que se rompe, algo que se pierde, un recuerdo que viene a nuestra memoria…

Son aspectos, como decimos, muy comunes. Ahora bien, en este espectro entran sin duda cosas sin apenas importancia y aspectos un poco más serios. Y tanto unas cosas como otras deben afrontarse con adecuada serenidad e Inteligencia Emocional. Te lo explicamos.

Un mal momento no es una mala vida

Todos experimentamos situaciones complejas a lo largo del día. No obstante, hay quien tolera un poco peor ese mal momento de la mañana, hasta el punto de acumular tanta rabia e indignación al medio día, que acaba acudiendo a la cama con dolor de cabeza pensando que la suya, es realmente “una mala vida”. ¿Conoces a alguien así?
La vida es saber aceptar que nos traerá buenos y malos momentos. Si no estamos preparados para asumir ese mal momento cotidiano, se te escaparán todos los buenos porque seguirás encallado en esas emociones negativas: aprende a dejar ir.

Es muy probable que también tú tengas cerca a ese tipo de personas que ante una discusión, son casi incapaces de darle fin y avanzar. En su mente sigue rondando la ira, la rabia, el “yo tengo razón”, el “me has amargado el día” y el “no puedo dejar de pensar en eso”.
El enfado constante, el no saber gestionar el mal momento hasta el punto de hacer una auténtica bola de nieve de cada aspecto, es reflejo de alguien que se obstina en negar la realidad, o al menos afrontarla.
Si algo les molesta, si algo inesperado sucede reaccionan siempre hacia fuera mediante la rabia, las palabras subidas de tono y la gestualidad. Las personas que hacen de un mal momento una mala vida viven siempre a la defensiva, viendo al mundo como su enemigo.
El mundo no es nuestro enemigo, hay quien se enfada ante lo que no entiende o lo que no puede controlar: una discusión de pareja, por ejemplo, es algo normal, pero hay personas que no tienen adecuadas estrategias y ven cada palabra como un agravio, son incapaces de empatizar, de entender la visión del otro.

Los malos momentos los trae la vida casi a diario, y en lugar de reaccionar pensando “que todo lo malo me pasa a mi” es mejor entender cuanto antes el origen de ese mal momento, resolverlo, aceptarlo… Y permitir que el día vuelva a ser tuyo.

El momento en que dejas de preocuparte, empiezas a disfrutar de la vida

Es fácil decirlo, pero… ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo puedo dejar de preocuparme de las cosas así, sin más?Procurando mantener un adecuado equilibrio en tu vida, y priorizando aquello que de verdad es importante: y tu bienestar lo es.
Todo puede cambiar en cualquier momento, lo esencial es que vistas una buena actitud, que tu corazón almacene esperanzas y no rencores para poder disfrutar de esos instantes con autenticidad.

Debes permitirte ser feliz, y por ello, merece la pena tener en cuenta de qué manera deberíamos gestionar esos malos momentos cotidianos.
Entiende que todo pasa, que ese error tiene solución, que esa crítica no te define, que quien te hace infeliz no merece tu atención ni tampoco más lágrimas en tu rostro.
Desactiva toda emoción negativa entendiéndola primero y después, canalizándola. Una discusión no se acaba levantando la voz, tal vez necesites dejarlo para otro momento, desconectar y aclarar ideas con calma.
Ese mal momento cotidiano puede ir seguido de un día excelente si tú lo permites. Di no a los pensamientos recurrentes y negativos, controla las actitudes fatalistas, esas que nos hacen pensar que la nuestra, es en realidad una mala vida. Evita todo este ruido mental que tan graves consecuencias trae.
Desconecta del rumor negativo, tómate un instante para ti y vence las emociones negativas con nuevas ilusiones, con proyectos nuevos a corto plazo.
Un momento dedicado a la reflexión, a la calma y a preocuparnos por nosotros mismos es invertir en nuestro futuro.

Valeria Sabater

domingo, enero 24, 2016

Las emociones de los padres, pasan al feto, durante la gestación

Desde hace algunos años, hablamos de unos 20 a 25 años, se han realizado gran número de estudios en Francia, Alemania y España, sobre la vida del feto y su receptividad a las influencias externas, es decir tanto a los estados emocionales que atraviesa la madre y el padre (así como otros adultos o familiares que intervengan los 9 meses en la vida del feto) como a los acontecimientos, sucesos, dramas, preocupaciones, angustias que se producen a su alrededor.
Si bien en Biodescodificación, llamamos a esto "PROYECTO SENTIDO", éste incluye, desde 6 meses antes de la concepción del bebé, hasta 3 años posteriores a su nacimiento. Involucra a la madre y al padre.



Ésta investigación es alterna al Proyecto Sentido y va enfocada al hecho de que es la MADRE, la que aporta la mayor parte de información "emocional" y "circunstancial" al niño, durante la gestación.

Y hablamos de cosas desde muy simples, hasta muy complejas.

El feto se verá "afectado", "influido", "determinado" por lo que la madre oye o ve a su alrededor, pero sobre todo, por la forma en que la madre reaccione a las circunstancias que vive día con día.

De tal forma que la madre puede dejar pequeñas huellas de su personalidad en el niño o bien, afectarlo completamente en su salud, constitución, temperamento o estima.


Todo dependerá de la "calidad" de emociones y reacciones que ella le dé.

Si la madre es fuerte, segura, confiada, valiente, y además lo expresa tanto con palabras como en sus actos, su hijo será un niño sano, fuerte, seguro, valiente, confiado.


Si por el contrario, la madre es débil, insegura, miedosa, con la estima baja, su hijo será enfermizo, débil físicamente y vulnerable.

Los pensamientos y sentimientos de la mujer embarazada.

La mayoría de las mujeres, no todas afortunadamente, no tienen ni la menor idea de todo ésto.

No saben la influencia tan grande que tantos sus palabras, como sus pensamientos, sus reacciones o emociones, tienen sobre su bebé.

Creen que su hijo tiene una existencia absolutamente independiente de ella, y que por lo tanto, ellas son libres de tener cualquier pensamiento, acción o emoción sin que eso afecte al bebé.

Pues bien, ahí es donde se equivocan.

La vida psíquica de la madre afecta o beneficia directamente a su bebé, incluso físicamente.

En la novela «Las afinidades electivas», Goethe cuenta la historia de una mujer que, mientras esperaba un hijo de su marido, no dejó de pensar en otro hombre a quien amaba: la niña que nació tenía los mismos ojos que este hombre.

¡Tan grande es el poder del pensamiento y del sentimiento en la mujer embarazada!

Entonces, ¿por qué las mujeres no se deciden a hacer un trabajo benéfico sobre el hijo que llevan?

La verdadera naturaleza del bebé ya viene determinada al momento de nacer.
Una mujer que espera un hijo debe decirse y decir cosas como:

- Durante estos 9 meses, tengo todas las posibilidades para hacer de mi hijo o hija un ser sano, bello, inteligente, noble, lleno de amor…

- Durante estos 9 meses, tengo todas las posibilidades para hacer de mi hijo o hija una bendición para el mundo entero.

- Durante estos 9 meses, debo estar atenta para que mis pensamientos, mis sentimientos, mis deseos, mis actos, le aporten solamente los elementos más puros que contribuyan a su formación.

- Durante estos 9 meses, debo actuar sabiendo que mi hijo o hija, me oye, me siente, me ve.

Una vez nacido el niño, ya no puede hacer nada, en el caso de que vivencias negativas, emociones tóxicas, reacciones dañinas, hayan sido lo único latente en el embarazo.

Si la gestación ha sido "contaminante", ni los educadores, profesores, médicos y psiquiatras podrán hacer nada.


Preparándose para ser padres

La verdadera educación del niño empieza antes de su nacimiento, y comienza con la educación de los padres, quienes deben preparase interiormente con mucha antelación mediante una mejor comprensión del amor, para atraer a su familia un espíritu excepcional.

Se esfuerzan en concebir este hijo en la mayor luz y pureza, y una vez concebido, la madre, consciente de los poderes que le ha dado la naturaleza, trabajará para dar a este espíritu un cuerpo físico y cuerpos psíquicos hechos con los mejores materiales.

Si millares, millones de padres en el mundo decidieran hacer este trabajo, la humanidad se transformaría realmente en tres o cuatro generaciones.

Biohipnosis

En nuestras terapias de Biohipnosis, un gran porcentaje de clientes, que son llevados a "vientre materno", expresan sentimientos que van desde tristeza, miedo, alegría, rencor, duda, confusión, etc.


Cuando se le pregunta a dicho cliente, en su etapa de bebé no nacido, si el sentimiento es de ellos o realmente es de su mamá, un 99% de ellos, responde: "es mi mamá la que siente miedo" ( o cualquier emoción que ellos pensaron propia).

Tengo muy presente una sesión en la que al preguntarle al cliente (que hipnotizado era un bebé), cómo se sentía dentro del vientre de su mamá, comenzó a carcajearse y a chiflar, situación que claro, me llenó de asombro y me invitó a reír.

Recuerdo haberle preguntado qué estaba sucediendo y con voz de bebé me dijo: estoy feliz!

Cuando le hice hincapié en que determinara si la felicidad era suya o era de su mamá, él se quedó callado, pensativo y respondió con extremada alegría: "Es mi mamá la que está contenta, siempre está contenta y feliz, le gusta chiflar y cantar, ella es feliz y por lo tanto, yo soy feliz, mi mamá me quiere mucho".


Así las cosas...

Akasha Sanación Integral - Elizabeth Romero Sánchez y Edgar Romero Franco

sábado, enero 23, 2016

Cómo evitar fugas energéticas

Todos los seres vivos estamos formados por un cuerpo físico y un campo de energía. La vida misma se conforma por actividad eléctrica y por campos electromagnéticos que dan perfil al Aura humana.
Cada individuo está formado por una cantidad infinita de campos electromagnéticos que se encuentran en constante interacción de fuerzas.
En muchas culturas y a lo largo de la historia se ha conocido y nombrado a este tipo de energía. Los chinos la llaman “Chi” y los japoneses por su derivado “Ki”; los polinesios la llaman “Mana” y los indígenas americanos “Orenda”; los hindúes “Prana”, los hebreos “Rauch” y los países islámicos “la Baraka”.



Todos comparten la creencia de que esta energía es la que da forma a nuestras vidas y que si la cuidamos y administramos podremos hacer un buen uso de ella para lograr cosas increíbles.

Esa energía puede ser transferida de una persona a otra en caso de carencia de la misma. Así también si un individuo padece de algún dolor o algún cuadro de enfermedad también podemos usar nuestra energía para curarlo. En este tipo de situaciones hablamos de una energía sanadora que ayudará a restablecer el nivel de Ki de esa persona. De esta manera se pueden curar enfermedades, depresiones y un sinfín de otras afecciones.

Toda esta energía puede escasear o abundar por motivos variados y complejos, puede ser por mala intención de otros, por desconocimiento o simplemente por algún acontecimiento que nos cree una fuga de la misma.

Por medio de nuestro tacto somos capaces de curarnos a nosotros mismos en la zona donde se halle la fuga, pero para esto, primero deberemos localizarla.

Esto se logra limpiando el aura.

¿Cómo se limpia un aura?

Lo primero que hay que lograr es un lugar tranquilo y relajado. Con luces tenues y con buena circulación de aire. Podemos ayudarnos prendiendo velas e incienso para tranquilizarnos. Aquí lo que tiene que hacer es relajarse y respirar profundamente hasta que logre un cambio de conciencia. Hasta que no logre este cambio, debe permanecer lo más quieto posible, cualquier movimiento puede romper la concentración. Una vez lograda la transición debe imaginar que tiene un gran cepillo cilíndrico, como los que se usan para limpiar las mamaderas de los bebés. Visualice ese cepillo hecho de luz blanca muy brillante. Divida la parte frontal de su campo de energía en cuatro secciones y friegue cada sección con ese cepillo. Debe limpiar con especial ahínco las zonas donde esas cuatro secciones se unen. Haga lo mismo con la parte posterior que todavía no limpió. No olvide limpiar también las junturas entre la parte anterior y posterior del aura. Durante el transcurso de esta limpieza detectará si tienes fugas o bloqueos. Las fugas son escapes importantes de energía que hay que evitar a toda costa o deteriorarán nuestro ánimo, nuestra salud y la de quienes nos rodean. Los bloqueos son lugares a los que nuestra energía, por algún motivo, sea trauma o mala intención de otros, no puede llegar.

Habiendo finalizado dicho ejercicio busque una vez más llegar a ese estado mental de relajación y de cambio de fase de conciencia. Encuentre los lugares donde parezca haber daños, agujeros, fugas. Puede ser que se vean, que perciba el movimiento de energía o las diferencias en la temperatura. Donde haya agujeros grandes, primero tiene que usar un empaste de luz para taparlos. Una pasta de luz ayudará a cubrir los pequeños agujeros y las grietas. Haga un trabajo minucioso para enmendarlos.

El empaste de luz

Ahora imagine que tiene un rodillo de pintura hecho de luz blanca brillante y un cubo con pintura blanca brillante. Cubra el rodillo de pintura de luz blanca, permita que se absorba dentro del rodillo y páselo dando una gruesa capa alrededor de su aura.

Este ejercicio deberá realizarlo tantas veces como sea necesario hasta haber remendado toda el aura.

Deje que se seque y luego sienta la gloria del brillo y la paz de su recién restaurado cuerpo energético. Si lo hizo bien y a conciencia se encontrará en un estado de bienestar nuevo, que no había sentido antes, lleno de energía que fluye dentro de todo su ser y a su alrededor.

Fuente: Revista Predicciones- Chile

viernes, enero 22, 2016

Consejos para educar a un hijo en la felicidad

Educar a un hijo en la felicidad es la tarea más importante a la que te vas a enfrentar como padre. Querrás darle una buena formación y valores, pero lo más básico es pintar una sonrisa en su cara cada día de su vida.



Porque si al educar a un hijo, no piensas en su felicidad, nada de lo demás valdrá. La mejor forma de que el niño quiera aprender e interiorice valores es a través de una existencia plena, en la que se siente protegido y disfruta cada día de la alegría de la vida.

Cómo educar a un hijo en la felicidad

A continuación, me gustaría darte una serie de consejos que te pueden ser muy útiles para educar a un hijo en la felicidad. Una tarea compleja, pero verdaderamente inspiradora, que llenará tu alma y corazón de satisfacción y orgullo.

Jamás vuelques tus frustraciones en él

Si quieres educar a un hijo en la felicidad, asegúrate de que nunca, bajo ningún concepto, vuelcas tus frustraciones en él, pues su corazón no será capaz de entender por qué se le exige tanto.

Tal vez tu sueño de infancia era ser el mejor futbolista o el primero de la clase, pero, ¿le has preguntado a tu niño si es eso lo que desea? Ellos se parecen mucho a ti, pues no hay que olvidar que llevan tus genes, pero son personas diferentes, con sus propios anhelos y necesidades.

“Una de las cosas más afortunadas que te pueden suceder en la vida es tener una infancia feliz”
-Agatha Christie-

Logra una buena comunicación

A la hora de educar a un hijo en la felicidad, es totalmente necesario que tengas una buena comunicación con él. Para ello, hay una serie de aspectos que debes tener en cuenta.

Por ejemplo, es lógico que a veces surja frustración, tanto en los niños como en los padres, dado que el pequeño no ha desarrollado por completo sus habilidades y capacidades comunicativas. Sin embargo, no debes caer en la desesperación.

Cuando trates de comunicarte con tu hijo, u observes alguna conducta extraña o llamativa, piensa en ti. Pero piensa en ti cuando eras un niño. Haz una labor de introspección y retroceso al pasado. ¿Qué sentías? ¿Qué te motivaba? ¿Qué te hacía feliz? Probablemente encuentres mucho de ti en él, y esto te ayudará a entenderle mejor.

Usa la empatía

Enlazando con el punto anterior, a la hora de educar a un hijo en la felicidad, la empatía es una herramienta de gran valor, pues te permitirá entender mucho mejor a tu pequeño.

El ejercicio introspectivo de buscar los anhelos y necesidades de uno mismo cuando era pequeño ayuda enormemente a entender y empatizar con los niños. ¿Qué juegos te gustaban? ¿Qué comidas eran tus preferidas? ¿Cómo te gustaba que te tratasen tus padres? ¿Cómo reaccionabas ante las novedades? Responder a todas esas preguntas y muchas más te ayudará a entrar en el mundo infantil y poder entablar relaciones felices con ellos.

“Nunca es demasiado tarde para tener una infancia feliz”
-Tom Robbins-

Dales todo tu cariño

A la hora de educar a un hijo en la felicidad, es importante que les des todo tu cariño. En este apartado, no debes dejarte nada en el tintero. Entrégate a fondo.

Sin embargo, jamás hemos de confundir dar cariño con entregar todo lo que el niño desee. Los pequeños necesitan rutinas y límites. Han de saber qué está bien y qué no, para poder interiorizar valores y sentirse seguros, conformando así su personalidad.

No obstante, un pequeño que recibe todo cuanto desea, ya sea material y sentimental, corre verdadero riesgo de ser un futuro tirano, incapaz de comprenderse a si mismo, frustrado y con serios problemas de autonomía y de relación con el entorno.

Dedícale tiempo

Educar a un hijo en la felicidad requiere mucho tiempo y paciencia. En sus inicios, su familia más cercana es todo su mundo, el lugar en el que él se siente seguro, por lo que has de estar ahí siempre.

Según avanza el pequeño, tendrás que jugar con él, disfrutar de sus aprendizajes, darle protección y cariño, y entregarte a él por completo. Tu tiempo y tu paciencia son de gran valor para ellos, pues tú eres el espejo en que se miran, y con quien realmente desean estar.

No obstante, este punto no debe ser visto como una obligación. Educar a un hijo en la felicidad también te llenará a ti, te hará más pleno, y saldrá de ti de forma natural, el hecho de querer estar siempre a su lado. No lo olvides nunca.

Pedro González Núñez

jueves, enero 21, 2016

La dura decisión de perdonar

Perdonar es un acto liberador, muy poderoso, pero también muy difícil de llevar a cabo. No siempre estamos dispuestos a perdonar, lo que lo hace un acto aún más valioso.

Son muchas las circunstancias que nos llevan a personar a alguien. Quizás nos haya decepcionado, quizás no hayan hecho algún mal… Eso sí, perdona implica muchas más cosas de las que pensamos.


El hecho de no aceptar el perdón de alguien, implica que generemos sentimientos de rencor hacia la otra u otras personas. Esto no es beneficioso para nosotros ya que nos veremos con una serie de emociones negativas que no sabremos cómo gestionar.

La vida se vuelve mucho más fácil cuando aceptas una disculpa que nunca llegó. A esto se le llama perdonar en tu corazón

Perdona

En muchas ocasiones, pensamos que perdonar a otra persona implica darle la razón. Esto no es cierto.Perdonar no implica darle la razón al otro, significa liberarse de las ataduras de la amargura.

Además, el perdón es una decisión totalmente personal e independiente. Si has cometido un error, pides perdón; si te sientes mal por algo negativo que has hecho, pides perdón. En manos de la otra persona queda concederte ese perdón o no. Eso sí, este debe ser sincero.

Para entender un poco más en qué consiste realmente el perdón, perdonar a otra persona que ha hecho algo negativo y se arrepiente, es necesario que sepamos algo más sobre esta acción “desinteresada”.

“Has personas que no perdonan y prefiere odiar, porque odiar les hace sentirse fuertes y con control. En cambio, perdonar los enfrenta a su más profundo dolor.”
-David Fischman-

Hoy vas a descubrir qué significa realmente perdonar a alguien, sin albergar odio alguno, pero tampoco sin olvidar. Aceptar el perdón de otra persona tiene que ser un acto que nos libere, pero para ello debemos conocerlo en profundidad.
Perdonar no es justificar al otro

Cuando perdonamos no lo hacemos por lo que hizo el otro, es decir, no es una justificación de sus actos. Simplemente, el hecho de perdonar a la otra persona tiene que ver más con tu respuesta que con lo que ha hecho el otro.

Perdonar tampoco es olvidar

Las personas piensan que una vez son perdonadas todo se olvida y esto no es correcto. Ha sido una situación difícil, amarga, una experiencia más que como tal no es olvidada. Pero no confundamos esto con el rencor, pues a veces si no perdonamos de verdad podemos albergar este oscuro sentimiento.

Cuando perdonas, a pesar de que no olvidas, sientes una paz interior que te libera y te hace sentir bien. No hay espacio para el rencor, ni tampoco para los odios. Todo está en equilibrio.

Perdonar no es minimizar, sino sanar ese dolor

El objetivo de perdonar a alguien es sanar un dolor que nos han causado y que, inevitablemente, nos duele. Somos seres emocionales y es normal que nos duelan las cosas. Pero si perdonamos, será como soltar a ese alguien que teníamos prisionero y te darás cuenta de que ese alguien eras tú.


Perdonar es un acto que te hace cerrar el pasado

En ocasiones nos centramos demasiado en cuestiones pasadas que nos impiden ver nuestro futuro y aún menos centrarnos en nuestro presente.

Es por eso por lo que cuando perdonamos no albergamos rencor alguno, aunque no olvidaremos, porque cerraremos ese pasado y miraremos hacia el futuro. Realmente liberaremos toda emoción negativa que tengamos, porque es normal que sintamos decepción, dolor, frustración, rabia, etcétera.

“Perdonar es el valor de los valientes. Solamente aquel que es bastante fuerte para perdonar una ofensa, sabe amar.”
-Mahatma Gandhi-

¿Tú sabes perdonar? No cualquiera es capaz de esto, ya que es algo que requiere de fuerza interior, de la liberación de los miedos a que nos vuelvan a fallar, a decepcionar.

Siempre va a haber alguien en tu vida que te haga daño, ya sea tu pareja, tus hijos, tu familia, tus amigos… Siempre, nunca lo olvides. Por eso es necesario que aprendas a perdonar, porque no te quedará otra que aceptar que las personas hacen daño, incluso tú mismo puedes hacérselo a otras (sin querer, tal vez) y querrás ser perdonado.

Raquel Lemos Rodríguez

miércoles, enero 20, 2016

No permitas que los pensamientos destructivos te limiten

Las personas a medida que evolucionamos en la vida creamos una estructura mental acorde a nuestras experiencias y a la educación recibida desde pequeños. El entorno y las personas cercanas a ti pueden haberte condicionado enormemente en la forma en la que tienes de ver el mundo. Los pensamientos destructivos no son otra cosa que un hábito aprendido del que con constancia, podemos deshacernos para estar bien.



Que las personas de tu entorno influyan o no en tus pensamientos sólo podrá ocurrir si tú les permites que lo hagan. Tú eres el dueño de tus pensamientos y solo tú tienes la llave para abrir o cerrar esa puerta.

Recuerda que además de tus experiencias y de lo que te ocurre en la vida, tú eres tu forma de pensar y sentir hacia ese mundo.

Los pensamientos destructivos pueden aparecer en cualquier momento

Actualmente y debido a toda la información a la que tenemos acceso y la facilidad para hablar con muchas personas, es más fácil tener una mente desordenada, hasta llegar al punto de que incluso las personas más sanas emocionalmente pueden llegar a tener pensamientos destructivos.

Cualquier persona que tenga pensamientos destructivos sabe lo mal que hacen sentir e incluso, cómo pueden llegar a distorsionar la realidad. En este sentido, resulta totalmente necesario conocer algunos pensamientos destructivos bastante comunes para aprender a dejarlos pasar sin prestarles atención.

“No hay nada malo ni bueno en sí mismo, es nuestro pensamiento el que lo transforma.”
– Hamlet – 


La vida no es blanco o negro, ¡tiene muchas tonalidades!

Uno de los pensamientos destructivos bastante comunes y que resulta muy limitante es que no hay diferentes tonalidades en la vida, que las cosas sólo pueden ser en blanco o en negro. La realidad (y afortunadamente) es que la vida está llena de matices y colores que la hacen especial y flexible.

Pensar que todo es blanco o negro puede aumentar los conflictos con las personas porque suele hacer que quien piensa de este modo sea demasiado inflexible para ver todas las posibilidades de las acciones de los demás (y de uno mismo).
¿Cómo puedes mejorar este pensamiento destructivo? Es necesario que para conseguirlo debas reflexionar sobre ese pensamiento en concreto, dar un paso hacia atrás y mirarlo en perspectiva. Pregunta a otras personas qué es lo que opinan y pregúntate a ti mismo si ese pensamiento es la verdad absoluta o no… seguramente te des cuenta que hay más formas de hacer las cosas.
La vida no es perfecta

“Siempre hay algún problema en las cosas que suceden”, este pensamiento destructivo sin duda es pesimista, porque las personas que tienden a tener estos pensamientos siempre encontrarán pegas a todo, ¡no hay nada perfecto! Pero es que resulta muy fácil ser negativo.

Afortunadamente, en nuestra realidad no hay nada perfecto, y es que de estas imperfecciones debemos aprender y nutrirnos… es la belleza de la realidad lo que nos hace crecer como personas.
¿Cómo puedes ahuyentar este pensamiento destructivo? En la vida, incluso cuando hay problemas, siempre podrás encontrar la forma de hallar la solución a las cosas para sentirte mejor. Por lo que si eres de las personas que sólo encuentra problemas y pegas a todo, lleva a tu mente esta frase: “No pasa nada, esto también pasará”.

“Las personas que piensan que no son capaces de hacer algo, no lo harán nunca, aunque tengan las aptitudes.”
– Indira Gandhi –

La envidia de querer lo que los demás tienen

“Yo también quiero esto”, este es uno de los pensamientos destructivos que dejan entrever la envidia de las personas hacia otras. Sentir envidia es una señal clara de que la persona que lo padece siente inseguridad y además, frustración. 

La envidia es un sentimiento que empieza a roer el alma, amarga la visión de la vida misma y lo que es peor… sientes que algo dentro de ti empieza a desgarrarse por no tener o ser como el otro.
¿Cómo puedes alejarte de este pensamiento destructivo? Si eres una persona que acostumbras a sentir envidia, primero deberás centrarte en que eso no es bueno para tu salud. Es demasiada negatividad que sólo puede hacer que te sientas mal, e incluso que llegues a enfermar.

En lugar de comparar lo que tienes ahora con lo que los demás tienen, simplemente piensa en cómo estabas hace un tiempo y en cómo has evolucionado hasta el día de hoy. La vida es como una escalera, y siempre habrá alguien por encima de nosotros… pero también por debajo.

“Mucha gente de mucho valor a lo que no es y muy poco a lo que es. “
– Malcom Forbes –


No sientas envidia por otros, es mucho mejor sentirse agradecido por lo que se tiene, así superarás este sentimiento y te darás cuenta de cuántas cosas hay en tu vida para sentirte bien contigo mismo y con todo lo que te rodea.

María Jose Roldan

martes, enero 19, 2016

Para ser feliz debes creer que te lo mereces

La felicidad es tan accesible a ti cómo lo es el dolor, simplemente por estar vivo y por tener conciencia de que lo estás. Ser feliz es accesible para todos. Esa es la primera premisa que tenemos que pensar cuando estamos ahogados en esos pensamientos catastrofistas, pues la única catástrofe sin solución es no estar vivos.

Si te siguen saliendo las cosas mal, es porque no haces cosas para que suceda lo contrario. Te has entregado al malestar porque crees que es lo que te mereces.

Partiendo de esta realidad puedes preguntarte : ¿Qué es lo que he hecho tan mal que ni tan siquiera puedo aspirar a sentirme algo mejor? Cuando respondas, te darás cuenta de que no te mereces tanto sufrimiento autoinfligido.



Es por ello que queremos pasar a reflexionar acerca de qué es la felicidad y cuáles son las causas de que muchas personas se nieguen la posibilidad de ser felices. Resulta importante saber qué mecanismos están implicados en este masoquismo emocional para detectarlos y alejarnos. Recuerda que para ser feliz debes creer que te lo mereces.
Qué es la felicidad

La felicidad depende de tres factores fundamentales: de cómo te encuentres, de lo que te encuentres y de cómo procesas ese encuentro entre tú y el mundo. La felicidad al fin y al cabo, es una actitud

La felicidad es un estado de espíritu abierto a experimentar. Sin embargo, la mente y lo que pensamos sobre nosotros conquistan casi siempre ese espacio destinado a la sencillez del disfrute, limitándonos.

Puede ser que por tus experiencias personales o la educación recibida hayas integrado la premisa de que no puedes ser feliz porque no te lo mereces. Pero te equivocas. No hay nada en el mundo que deniegue a una persona el poder sentir la felicidad.

Además, si te encuentras atravesando una situación difícil recuerda que otras personas han salido ya de las mismas o similares circunstancias que tú, ¿la diferencia?: Ellos creen que todo su sufrimiento pasado valida el deseo de volverse a sentirse bien, con ilusiones, de creer en las personas y de ver la parte positiva de nuestro gigantesco mundo.
Qué mecanismos utilizamos para negar la felicidad

Es importante analizar la llamada “pulsión de muerte” que nos explicó Freud, el fenómeno de la indefensión aprendida comprobado por Martin Seligman, o la consecuencia de soportar una ansiedad muy alta durante mucho tiempo, que deriva en cuadros cómo la desrealización y la despersonalización. A continuación, vamos a reflexionar sobre por qué las personas se niegan a ellas mismas la felicidad:
Indefensión aprendida: algunas personas han adoptado un rol pasivo, en el que consideran el dolor como algo que toca soportar y no pueden hacer nada para evitarlo. La indefensión aprendida sucede cuando la persona da todo por perdido y siente que no puede hacer nada por mejorar. Ya no se lucha por salvarse.
Desrealización: el mecanismo de la desrealización es cuando aparece una distancia psicológica respecto a la realidad que rodea a la persona. Es decir, es como si su entorno y contexto le resultara extraño.
Despersonalización: el mecanismo de la personalización se refiere a una distancia y extrañeza psicológica respecto al sí mismo. La persona no se empeña por salir de ese estado o por buscar la felicidad porque no sabe que es lo adecuado para su situación. Está perdido, roto, desconectado.
Pulsión de muerte: es muy difícil entender algunas conductas como las de las anoréxicas, como si en esa conducta estricta y peligrosa estuviera su poder. Más allá del peligro físico que implican sus hábitos alimentarios, sienten que deben controlarse muy fuertemente o seguir haciéndose daño por ser la única forma de encontrar placer: Es lo que Jacques Lacan llamó “goce” y Sigmund Freud “pulsión de muerte”.

¿Qué nos dicen estos tres fenómenos? Pues que cuando alguien toca fondo, se siente culpable y no es capaz de superar su pasado, entra en un estado de la vida en el que no vive, solo se está presente, sin más; y no se siente digno de ser feliz.

Cuando una persona cree que no merece la felicidad se aísla y adopta conductas de autocastigo para sanar sus errores. No hace nada porque cree que no vale para nada y deja de considerarse persona.

Si crees que te mereces ser feliz, actúa en consecuencia

¿A cuántas cosas has renunciado o estás renunciando por miedo, por falta de autoestima o por sentir que ya no encuentras tu lugar en el mundo? Existen miles de teorías y técnicas de psicología que pueden ayudarte con tus habilidades sociales, con tus esquemas negativos y a programar acciones concretas. Existe también medicación, aunque para el dolor de alma todavía no han patentado ninguna.

Lo mejor para el alma es que vuelvas a conectar con ella para sentir que está herida, pero no muerta.A tu espíritu le encanta renovarse, ya sabes eso que dicen algunos de renovarse o morir y parece ser que a muchos no les va nada mal.

Así que saca las fuerzas que ni tan siquiera crees que tienes y vuelve a llenar tu vida de experiencias. Que al morir tu vida esté llena de experiencias, no de sueños. Si no crees que te lo mereces, piensa entonces en cómo será tu vida y la de los que te quieren si sigues sin creer merecértelo.

Y no olvides, que si no eres tú quien te da la oportunidad para empezar a construir tu felicidad, nadie más va a poder concedértela. Solo tu sabes qué es lo que necesitas y cómo para ser feliz, y la primera opción es aceptase y creerse lo que uno vale…

Cristina Roda Rivera

lunes, enero 18, 2016

El secreto está en las ganas

Posiblemente muchas de las cosas que conseguimos en la vida tengan más que ver con las ganas y el empeño que le ponemos a lo que hacemos que con la suerte. Mientras nos lamentamos de la mala suerte que tenemos, estamos perdiendo el tiempo sin pensar que quizás el secreto está en las ganas. Con ilusión y trabajo podemos conseguir muchos de nuestros sueños. Quizás esa sea la mejor fórmula mágica…

“¡Qué mala suerte tengo!, ¡las cosas siempre le salen a los demás!; ¿Qué quieren un trabajo? lo consiguen; Que no estudian, pues aprueban. A mí nunca me pasa eso, yo tengo una mala suerte que nunca me sale nada como quiero. Ya estoy harta, estoy cansada de que todo siempre vaya en mi contra. ¿Por qué me pasa esto a mí?”, ¿por qué el mundo está tan mal repartido y la mala suerte siempre me la llevo yo? Quizás el secreto no está en la suerte. Quizá el secreto está en las ganas.”



¿Te suena este discurso?, ¿te sientes identificado? ¿Incluso ahora te estás riendo porque dices: ¡es justo lo que digo yo cuando lo veo todo negro y me invado de pensamientos negativos que no me llevan a ninguna parte!?


Quizás no vayas por el camino correcto y no estés viendo las cosas como son. Lamentarte y regodearte en los aspectos negativos no te sirve de mucho. A lo mejor necesitas un poco de claridad en ese túnel oscuro en el que te has metido. Quizás el secreto está en las ganas.

Cualquier cosa se puede conseguir, incluso tocar el cielo con las manos

Cualquier cosa se puede conseguir, incluso tocar el cielo con las manos. Y es que no existen los obstáculos si tenemos ganas e ilusión. No hay obstáculos insalvables si tenemos ganas y se la contagiamos a los demás.

Muchas veces creemos que detrás de las buenas cosas que le ocurren a los demás solo ha habido un golpe de suerte, que la fortuna ha estado de su parte. Puede que una parte sí, ahí lo dejamos… pero no todo, eso sí que es seguro.

Si ponemos ejemplos como que nos toque la lotería, seguro que de nada nos va a servir pensar que con ganas y esfuerzo se consiguen las cosas; pero eso son rayas en el agua. Sin embargo hay muchas cosas que dependen de nosotros o al menos en buena parte. Por eso, ¿por qué no empezamos a construir nuestros sueños poniendo como cimientos las ganas?

“Un poco más de persistencia, un poco más de esfuerzo, y lo que parecía irremediablemente un fracaso puede convertirse en un éxito glorioso.”
-Elbert Hubbard-

4 situaciones en las que las ganas son la clave del éxito

Las ganas, la pasión, la motivación son elementos esenciales para la persecución de nuestros sueños.Los triunfos y las victorias no vienen por golpes de suerte, sino por una dedicación impregnada de constancia y esfuerzo. A continuación, os indicamos cuatro situaciones de la vida diaria en las que las ganas son el factor fundamental:
Que tu relación de pareja funcione. No solo depende de ti, también está la otra persona. Pero, ¿y si tu relación no funciona porque precisamente eres tú quien aún no ha aprendido que el amor es un trabajo en equipo?, ¿entonces no crees que con ganas podríais ser la pareja que siempre has soñado? La dedicación a la otra persona en una relación de pareja es fundamental para que funcione.
Aprobar los estudios. Algunas personas necesitan más tiempo para aprender que otras, eso es cierto, pero en esto del estudio “más hace el que quiere que el que puede”. Puede que alguien goce de mayor inteligencia, pero con fuerza de voluntad y ganas todo se consigue en los estudios. Tú puedes ser lo que quieras, el secreto está en las ganas.
Conseguir el trabajo de tu vida. No es tan fácil por supuesto. Muchas veces nos quedamos a medio camino de conseguir el trabajo de nuestros sueños. Pero como en tantas otras cosas de la vida no te quedes con el… “Quizás si lo hubiera seguido intentando…”. Si luchas por el trabajo de tus sueños, más tarde aparecerá.
Estar feliz. Ser feliz es una actitud. Por supuesto que hay momentos en los que nos dicen que ser feliz es una actitud sobre todo cuando tenemos a un familiar en el hospital, cuando alguien querido ha fallecido, etc. Pero incluso en el peor de los momentos podemos encontrar la paz y la felicidad. Si aceptamos las cosas tal y como vienen.

“La fuerza y el crecimiento vienen sólo a través del esfuerzo y la lucha continua”
– Napoleón Hil-

El secreto está en las ganas… ¡Nunca las pierdas! Sé constante y esfuérzate, cáete pero sigue adelante. Aprende de cada fallo, de cada piedra del camino. Descansa para reponer fuerzas y energía, pero continúa hacia el rumbo de tus sueños.

Sofia Alcausa Hidalgo