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viernes, julio 31, 2015

Cómo evitar la negatividad

ECKHART-TOLLE¿No podría una emoción negativa contener también un mensaje importante?

Por ejemplo, si a menudo me siento deprimido, puede ser una señal de que algo anda mal en mi vida y puede forzarme a mirar mi situación vital y hacer algunos cambios. Así que necesito escuchar lo que la emoción me está diciendo y no rechazarla simplemente como negativa.

Sí, las emociones negativas recurrentes a menudo contienen un mensaje, lo mismo que las enfermedades. Pero cualquier cambio que usted haga, sea que tenga que ver con su trabajo, con sus relaciones o con lo que lo rodea, es en últimas sólo cosmético a menos que surja de un cambio en su nivel de conciencia. Y en cuanto a esto, sólo puede significar una cosa: volverse más presente. Cuando usted ha alcanzado cierto nivel de presencia, no necesita la negatividad para decirle lo que es necesario en su situación vital. Pero mientras la negatividad esté ahí, úsela. Úsela como una especie de señal que le recuerde estar más presente.

– ¿Cómo evitamos que surja la negatividad y cómo nos libramos de ella cuando aparece?

Como dije, evite que surja estando completamente presente. Pero no se desanime. Hay aún pocas personas en el planeta que pueden mantener un estado de presencia continua, aunque algunos están cerca de ello. Pronto, creo, habrá muchos más.

Siempre que se dé cuenta de que ha surgido alguna forma de negatividad en usted, mírela no como un fracaso sino como una señal útil que le dice: “Despierta. Sal de la mente. Vive el presente”.

Hay una novela de Aldous Huxley titulada La Isla, escrita en sus últimos años, cuando se interesó mucho en las enseñanzas espirituales. Cuenta la historia de un náufrago en una isla remota separada del resto del mundo. Esta isla contiene una civilización única. Lo inusual de ella es que sus habitantes, al contrario de los del resto del mundo, son realmente cuerdos. La primera cosa que el hombre nota son unos papagayos coloridos encaramados en los árboles, que continuamente cotorrean las palabras “Atención. Aquí y Ahora. Atención. Aquí y Ahora”. Luego nos enteramos de que los isleños les han enseñado estas palabras para que les recuerden constantemente mantenerse presentes.

Así que siempre que sienta la negatividad surgiendo en usted, causada por un factor externo, por un pensamiento o por nada en particular de lo que sea consciente, véala como una voz que le dice Atención. Aquí y Ahora. Despierta”. Incluso la más leve irritación es significativa y debe ser reconocida y observada; en caso contrario, habrá una acumulación de reacciones no observadas.

Como dije antes, usted puede ser capaz de soltarla una vez se dé cuenta de que no quiere tener este campo de energía dentro de usted y de que no sirve para nada. Pero entonces asegúrese de que la suelta completamente. Si no puede hacerlo, acepte que está ahí y ponga su atención en ese sentimiento, como señalé anteriormente.

Como alternativa a abandonar una reacción negativa, puede hacerla desaparecer imaginando que usted se hace transparente a la causa externa de la reacción. Le recomiendo que practique esto al principio con cosas pequeñas, incluso triviales. Digamos que está sentado tranquilamente en casa.

De repente se oye el sonido penetrante de la alarma de un auto al otro lado de la calle. Surge la irritación.

¿Qué sentido tiene la irritación?

Ninguno en absoluto.

¿Por qué la creó usted?

No lo hizo, fue la mente.

Fue totalmente automático, totalmente inconsciente.

¿Por qué la creó la mente?

Porque tiene la creencia inconsciente de que su resistencia, que usted experimenta como negatividad o infelicidad de alguna forma, disolverá en alguna medida la condición indeseable. Esto, por supuesto, es un engaño. La resistencia que crea, la irritación o ira en este caso, es mucho más perturbadora que la causa original que está tratando de disolver.

Todo esto puede transformarse en práctica espiritual. Siéntase a sí mismo volviéndose transparente, como quien dice, sin la solidez de un cuerpo material. Ahora permita que el sonido, o lo que sea que cause la reacción negativa, pase a través de usted. Ya no golpeará una “pared” sólida dentro de usted.
Como dije, practique con cosas pequeñas primero. La alarma del auto, el perro que ladra, los niños que gritan, la congestión de tráfico. En lugar de tener un muro de resistencia dentro de usted que es golpeado constante y dolorosamente por las cosas que “no deberían estar sucediendo, deje que todo pase a través de usted.

Alguien le dice algo con la intención de molestarle. En lugar de tener una reacción negativa inconsciente, como ataque, defensa o repliegue, permita que pase a través de usted. No ofrezca resistencia. Es como si ya no hubiera nadie ahí que pudiera ser herido. Eso es el perdón.

En esa forma, usted se vuelve invulnerable. Usted puede decirle a esa persona de todos modos que su conducta es inaceptable, si eso es lo que escoge hacer. Pero esa persona ya no tiene el poder de controlar su estado interior. Usted está entonces en su propio poder, no en el de la otra persona, y tampoco está gobernado por su mente. Se trate de una alarma de auto, una persona descortés, una inundación, un terremoto o la pérdida de todas sus posesiones, el mecanismo de resistencia es el mismo.

– He practicado la meditación, he ido a talleres, he leído muchos libros sobre espiritualidad, intento estar en un estado de no resistencia, pero si usted me pregunta si he encontrado paz interior verdadera y duradera, honestamente debo contestar que no. ¿Por qué no la he encontrado? ¿Qué más puedo hacer?

Todavía está buscando afuera, y no puede salir del estado de búsqueda. Quizá el próximo taller tendrá la respuesta, quizá esa nueva técnica.

Yo le diría: no busque paz. No busque ningún otro estado que ese en el que se encuentra ahora; de lo contrario, establecerá un conflicto interior y una resistencia inconsciente. Perdónese a sí mismo por no estar en paz. En el momento en que usted acepte completamente su falta de paz, se transmutará en paz. Ese es el milagro de la entrega.

Usted puede haber oído la frase “ponga la otra mejilla”, que un gran maestro de la iluminación usó hace dos mil años. Estaba tratando de comunicar simbólicamente el secreto de la no resistencia y la no reacción. En esa afirmación, como en todas las otras que hizo, se refería sólo a su realidad interior, no a la conducta externa de su vida.

¿Conoce la historia de Banzan? Antes de convertirse en un gran maestro Zen, pasó muchos años en la búsqueda de la iluminación, pero esta lo eludía. Entonces un día, cuando caminaba por el mercado, oyó una conversación entre un carnicero y su cliente. “Déme el mejor trozo de carne que tenga”, decía el cliente. Y el carnicero replicó: “Todos los trozos de carne que tengo son el mejor. No hay un trozo de carne aquí que no sea el mejor”. Al oír esto, Banzán se iluminó.

Veo que espera una explicación. Cuando usted acepta lo que Es, todo trozo de carne (todo momento) es el mejor. En eso consiste la iluminación.

Entrevista a Eckhart Tolle (El Poder del Ahora)

Fuente: https://sanacionholisticasalamanca.wordpress.com

jueves, julio 30, 2015

Yo soy el creador de mi universo personal


energia-creadoraEn mi opinión, a los Seres Humanos, en general, nos cuesta reconocer y valorar nuestros propios méritos (excepto a los ególatras, egotistas, egoístas, o los practicantes del egocentrismo)

Si bien es cierto que todos pertenecemos a un Universo, como las estrellas y los planetas, cada uno, en sí mismo, también es un Universo Personal, del que es Creador, único partícipe, responsable, y beneficiario o sufridor –la mayoría de las veces, a elección propia-.

Están lo demás y los otros por una parte, y por otra parte está Uno Mismo.

Y aunque a efectos cósmicos o esotéricos seamos todos Uno y formemos parte de un Todo, la innegable realidad es que uno tiene su propio Universo Personal.

Está muy bien eso de formar parte de algo más grande y sentirse partícipe de esa gran familia que es la Humanidad, pero eso no es motivo suficiente para abandonar las razones principales de vivir esta vida, que pueden ser o son: alcanzar el Desarrollo Personal, encontrarse con la Divinidad instalada en cada uno, hacer el bien, amar al prójimo, ser feliz, etc.

Cada uno encontrará aquellas en las que crea que son ciertas, y si las observa con atención comprobará que hay algo común en todas y cada una de ellas: la presencia innegable e irremplazable de Uno Mismo.

Uno vive la vida de cara al exterior, donde se manifiesta y es reconocido, pero la auténtica vida es la que se desarrolla, o se ha de desarrollar, en relación consigo.

Si uno cierra los párpados, se encuentra inmediatamente a solas consigo mismo.

Los párpados abiertos nos conectan con lo otro y con los otros. Nos ponen en contacto con el medio donde habitamos, con las otras personas con las que compartimos nuestro paso por la vida y las vivencias, pero también con lo que nos aparta o distrae de nosotros.

En lo de fuera, se manifiesta el ego, y sería conveniente que siguiera haciéndolo fuera. Dentro, tras los párpados cerrados, comienza el Universo Personal, donde Uno Es y Uno se encuentra. Eso sí, es tan inexplorado como ese Universo tan inmenso y desconocido lleno de Galaxias y con distancias inimaginables.
¿Qué se puede hacer para contactar con Uno Mismo?

Cerrar los párpados y esperar, desechando los pensamientos y distracciones habituales, y preparar el terreno para que se presente el silencio. EL SILENCIO, y esto es una tarea ardua y difícil.

No sé si lo has probado alguna vez. Si lo has hecho, sabes de lo que hablo. Si no lo has hecho, y si puedes, este es un buen momento para hacerlo. Conviene buscar un lugar y un momento tranquilos, sin temor a serinterrumpido, y ponerse –sin expectativas ni impedimentos- a la tarea.

Cerrar los párpados y esperar.

Es el momento en que aparecerán recuerdos intempestivos, ideas peregrinas, tonterías increíbles, tareas, obligaciones, excusas… distracciones, a fin de cuentas, que propone el yo pequeño y atemorizado que se conforma con lo que conoce y se asusta ante la posibilidad de encontrarse con el Yo auténtico.

El mundo interior es el gran desconocido para muchas personas.

No saben qué hay, cómo es, cómo puede afectar, cómo puede beneficiar. Y el miedo de ese yo pequeño no es un gran aliado, sino un impedimento.

Mi propuesta es entrar en un mundo inexplorado del que se desconoce todo, del que se presupone mucho, donde se pueden encontrar cosas sorprendentes y muy agradables –es la residencia de la Paz– pero, eso sí, casi siempre se alcanzan las cosas buenas tras un arduo proceso que revoluciona dejando a la luz facetas desconocidas de uno, las cosas que nos atenazan y condicionan, los miedos que nos gobiernan, los errores con los que caminamos, lo que no somos…

Pero es que lo que sí somos, quienes sí somos, y donde están las claves de lo que tenemos que hacer, habitan en ese Universo Personal donde vive nuestra alma, nuestra esencia, donde está la sabiduría, donde el personaje se despoja de su disfraz para encontrarse con la desnudez que nada esconde de quien realmente uno es.

No voy a describir lo que se puede encontrar, porque entonces uno entraría condicionado y más atento a lo que no aparece que a lo que sí aparece, y con unas expectativas que pueden ser distintas de la realidad, y porque cada persona va a encontrar a alguien distinto aunque comparta la esencia con el resto de la Humanidad.

Atrévete. Ahí estás tú y ahí te puedes encontrar con el auténtico Yo que eres. Un proceso de Autoconocimiento, de Desarrollo Personal, es el único Camino viable y enriquecedor. No hay atajos. No hay forma de evitarlo: requiere la toma de conciencia de tu realidad actual –que nunca va a ser fácil-, requiere dedicación –esto no se hace en un cursillo de fin de semana-, requiere voluntad –es mejor ser constante-, requiere apertura de mente y de corazón -para acoger lo que vaya apareciendo-, requiere amor –sin amor está condenado al fracaso- y requiere tiempo –no se pueden poner metas, porque no se sabe dónde está el final, y no se puede un objetivo temporal, porque la prisa no ayuda sino que entorpece-.

Es mi mejor recomendación.

Y, además, me atrevo a garantizar que quien entre en su Universo Personal será muy distinto cuando salga.
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales

miércoles, julio 29, 2015

Renunciemos a lo que nos hace daño

danza-circularEn mi opinión, a veces tardamos demasiado en deshacernos de ciertas cosas que nos perjudican.

No sé si es falta de resolución, si es pereza, o si es masoquismo. Cada uno sabrá o averiguará, si es honrado, cuál es su razón o su excusa.

Pero renunciar a lo que nos hace daño debiera ser un asunto prioritario.

Si nos hace daño –o nos molesta mucho, que viene a ser lo mismo- cómo nos trata alguien, tenemos la opción de hacérselo saber y pedirle que reconsidere el modo en que lo hace y rectifique.

Si nos hace daño la desatención de alguna persona, se lo podremos decir.

Si nos hace daño nuestra propia pereza o desorden, la falta de voluntad o nuestro carácter; si es la relación con alguien con quien estamos por motivos de trabajo o familiares; si es… sea lo que sea, casi siempre es posible remediarlo.

Para ello es conveniente usar la asertividad – que es “la habilidad de expresar nuestros deseos de una manera amable, franca, abierta, directa y adecuada, logrando decir lo que queremos sin atentar contra los demás y negociando con ellos su cumplimiento”-.

Cada uno tiene sus derechos –como los tienen los otros- y exigir, o, cuanto menos solicitar que sean respetados es un potestad inalienable de cada Ser Humano.

Es bueno, y loable, acostumbrarse a solicitar los derechos personales en vez de quedarse en la rabia silenciada que provoca quedarse callado y soportando que los otros pisoteen los derechos propios.

El respeto a la propia dignidad personal es un derecho que debiera ser irrenunciable.

Y esto conviene tenerlo claro: respeto por parte de los otros y respeto, también, por parte de un mismo.

Los derechos de uno terminan donde comienzan los derechos de los otros. Y, por supuesto, y esto es muy importante, viceversa.

No se han de invadir ni deshonrar los derechos de los otros, así como también se ha de ser bastante riguroso en la exigencia de que los otros hagan lo mismo.

Hay que cuidar mucho la dignidad personal –en esto insisto mucho pero es que para mí es muy importante-.

En otra ocasión escribí que: “La defensa del honor, y la consideración por y hacia uno mismo, comienza por defender y proclamar una situación irrenunciable al respeto ajeno y el auto-respeto propio.

Podemos llamar dignidad personal a los principios que uno tiene como normas propias y derechos, y también a la defensa de los mismos, a la integridad, y a la consideración y el respeto que toda persona requiere y merece.

Por nobleza y honradez, uno ha de alcanzar en el mundo un puesto que sea intachable, y luego ha de defenderlo con las únicas fuerzas de su honestidad y la aseveración cuando sea preciso defenderla.

La obediencia a la dignidad personal requiere de toda nuestra autoestima, del amor propio, y del convencimiento de que tenemos que defender, por encima de cualquier cosa, lo que somos, lo que queremos seguir siendo, y ese reducto inviolable donde se asienta nuestro espíritu personal”.

Es por ello que ante cualquier atentado hacia ese reducto casi sagrado que es la dignidad, nos hemos de mostrar irreductibles: es lo más decente que hay en nosotros y lo que debemos mantener intachable e inmaculado.

Por auto-respeto y amor propio, por nuestra honra y honor, y por la paz y Autoestima que ello aporta, debiéramos rechazar lo que nos hace daño y cortar de raíz cualquier cosa desagradable que atente contra nosotros.

Con firmeza.

Desde ahora mismo.
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales 

martes, julio 28, 2015

¿Cómo te tratas? ¿Te autocriticas?

Respiracion y cuidado de la Salud- energía saludTodas las personas tenemos un lenguaje interno, los pensamientos. Según sea esa forma de hablarnos, nos sentiremos de una manera u otra. La auto-crítica es una forma de hablarnos,basada en la exigencia y el reproche hacia lo que sientes, dices o haces. Es la voz interna que te castiga por cada error que cometes, que no te permite disfrutar de las cosas buenas que te suceden y la responsable de que tengas la autoestima baja.

Es necesario que te pares, y observes como es tu lenguaje interno. Este es el primer paso para el cambio.

Te darás cuenta del “mal trato” que te haces, de que eres el peor crítico que puedas tener, y poco a poco, podrás sustituirlo por un “buen trato”. Aprenderás a tratarte con cariño y respeto, aunque haya cosas tuyas que no te gusten…cuando vayas cambiando la forma en que te hablas, también irás cambiando los sentimientos que tienes hacia ti mismo/a. En lugar de desprecio, rechazo e, incluso, vergüenza, empezarás a sentir aceptación, cariño, tranquilidad….

Cuando empieces a tratarte sin el “látigo” de la auto-crítica, tu autoestima mejorará y, paradójicamente, las cosas te empezarán a salir mejor, porque aprenderás a aceptar el error como parte del aprendizaje.

La base psicológica de la autocrítica es la exigencia y el perfeccionismo, ese afán por querer hacer o ser perfecto. También son los “deberías” o las distorsiones cognitivas, errores de pensamiento que generan mucho malestar y sufrimiento innecesario.

LAS DISTORSIONES COGNITIVAS son alteraciones en la forma de ver los hechos, como si nos colocáramos unas gafas mal graduadas que deforman la percepción. Estas distorsiones de pensamiento o trampas son aprendidas y nos hacen confundir la realidad. Investiga cuántas veces ves así las cosas:

1. PENSAMIENTO TODO O NADA:
Tú consideras a las cosas en categorías absolutas, o blanco o negro. Si tu éxito no es absoluto, te consideras un fracaso total.

2. GENERALIZACIÓN EXCESIVA:
Tomas un hecho negativo aislado por una pauta interminable de derrotas. Puede que te digas a ti mismo/a: “esto es para siempre” o “jamás lo haré bien”. Si se llega al extremo la generalización excesiva puede convertirse en una “ETIQUETACIÓN”: Se utilizan términos peyorativos para describirse a uno mismo, en vez de describir el error concretando el momento temporal en que sucedió: “Si me sale mal el pastel ¡Soy una torpe!!”.

3. FILTRO MENTAL:
Es como la gota de tinta que tiñe todo un vaso de agua. Tú das vueltas a un solo detalle negativo, como puede ser un error que cometiste, y pasas por alto las cosas que hiciste bien.

4. DESCARTAR LO POSITIVO:
Relacionado con el anterior, te empeñas en que tus logros o tus cualidades positivas no cuentan y las omites.

5. SALTAR A LAS CONCLUSIONES:
Saltas a conclusiones que no se justifican con los hechos. Existen dos tipos:

A. Lectura del pensamiento: das por supuesto que la gente tiene una tendencia terrible a juzgarte, a pensar mal de ti o a despreciarte.

B. Anticipación: te dices a ti mimo/a que está a punto de suceder algo malo o que lo vas a pasar mal… Sólo contemplas lo malo que puede suceder.

6. RAZONAMIENTO EMOCIONAL:
En vez de razones, recurrimos a emociones para interpretar la realidad. Si lo siento así es verdad. Nos sentimos solos , sin amigos y creemos que este sentimiento refleja la realidad sin parar a contrastarlo con otros momentos y experiencias. Los hechos reales de nuestras vidas no cambian de un día otro, sólo cambian nuestras emociones

7. DEBERÍAS:
Te criticas a ti mismo/a o a otros con “deberías”, “no deberías”, “tendría que” y “no tendría que”. Por ejemplo, “no debería ser tan tímido/a y nervioso/a, ¿qué pasa conmigo?”

8. INCULPACIÓN:
En vez de detectar la causa de un problema, te dedicas a asignar culpabilidades. Exiten dos pautas básicas de inculpación:

A. Autoinculpación: te culpas de algo que no fue tu responsabilidad o te criticas sin compasión siempre que te equivocas.

B. Inculpación de los demás: culpas a los demás, negando tu propio papel en el problema.

¿Te apetece que te acompañemos en el camino de ser mejor amigo de ti mismo? Ponte en contacto con nosotros en info@esenciadealquimia.es

por Tatiana

Fuente: http://elblogdeesenciadealquimia.com

lunes, julio 27, 2015

Nos quedamos en la edad en la que nos hizo falta amor

niños
Con mucha frecuencia me encuentro con personas que por fuera parecen de 20, 30 o 40 años, pero en su interior son como si se hubiesen quedado en su mas tierna infancia, aún añoran el amor que les hizo falta cuando eran pequeños. Y se quedan así hasta el momento en el que por su cuenta aprenden a encontrar la satisfacción en sí mismos.

Nos quedamos en la edad en la que nos hizo falta amor.

Cada etapa tiene sus necesidades, es decir, la forma en que requerimos del cuidado y amor de los padres cambia año tras año.

En la etapa temprana de la niñez se forma la confianza, por eso en este punto de la vida el amor se expresa con los cuidados de la madre y su atención a las necesidades del niño. Si durante esta fase el cariño de la madre es poco constante o ella rechaza a su hijo, eso puede causar en él desconfianza y temor excesivo por su bienestar.

En la vida adulta es dificil establecer contacto con este tipo de personas; cuando entablan una relación de pareja es común que sientan la necesidad de probar a la otra persona, sometiéndola a situaciones que la hagan demostrar su fidelidad. Cuando se trata de relaciones interpersonales especialmente cercanas, pueden sentirse vulnerables e indefensos.

Un par de años mas tarde, a los 2 o 3 años de edad, el niño aprende a ser autónomo y desarolla el autocontrol. Si los padres dificultan el desarrollo de estas áreas, por ejemplo haciendo ellos lo que el niño puede hacer por si mismo sin dificultad, o por el contrario esperan que haga cosas que le serían imposibles, entonces se crea la sensación de vergüenza. Por otro lado, si los padres corrigen en exceso a su hijo sin tener en cuenta las necesidades reales y naturales de su edad, es de esperar que el nño tenga problemas para controlar el mundo que lo rodea, y controlarse a sí mismo.

Ya siendo adultos, en vez de ser seguros de sí mismos, este tipo de personas sienten que los demás los analizan detalladamente y los tratan con desconfianza y/o desaprobación. Tambien es posible que presenten síntomas de trastornos obsesivo-compulsivos y delirio de persecusión.

A la edad de 3 a 6 años el amor se demuestra incentivando la independencia, apoyando la iniciativa, la curiosidad y la creatividad. Si los padres no permiten que el niño actúe de manera autonoma en esta fase, y responden con castigos desmesurados al comportamiento del pequeño, se desarrollará en él el sentimiento de culpa.

La vida adulta de una persona con este tipo de carencias se caracteriza por la falta de enfoque y resolución para trazarse metas reales y alcanzarlas. Además, el constante sentimiento de culpa puede ser la causa de pasividad, impotencia o frigidez, y también de comportamiento psicopático.

En la edad escolar se desarrollan la diligencia y el amor al trabajo. Si en este periodo se duda de las capacidades del niño o de su estatus con relación a otros de la misma edad, eso puede quebrantar el deseo de seguir estudiando, y tambien puede dar paso al sentimiento de inferioridad que en el futuro acabará con su propia seguridad en su capacidad de ser un miembro activo y productivo de la sociedad.

Si los niños perciben los logros escolares y el trabajo como el unico criterio que determina su éxito, entonces en la vida adulta ellos seguramente se convertirar en la así llamada “masa trabajadora“ en la jerarquía de roles de la sociedad establecida.

Propongo extenderle la mano a tu niño interior, y ayudarlo a crecer. Para eso, busca una fotografía tuya de cuando eras pequeño, o sencillamente imaginate al niño que vive en tí. ¿cuántos años tiene? ¿cómo se ve? ¿en qué piensa? ¿quién está a su lado? ¿que le preocupa?

Habla con él.

Toma una hoja de papel y dos lápices de colores diferentes, uno con la mano derecha y el otro con la izquierda. Si eres diestro, con tu mano derecha será tu ”yo” adulto quien escriba, y con la izquierda será tu “yo” niño quien tome la palabra. Si eres zurdo, lo haces al contrario.

Ahora solo se trata de tí y tu niño interior. ¿Quién hablará primero? ¿como empezará la conversación? Las respuestas que obtendrás podrían ser inesperadas y sorprendentes.

Ahora, ya que encontraste a tu niño interior y estás hablando con él, es la hora de que entre los dos surja una relación: Conversa con ese niño todo el tiempo que él quiera, Pregúntale qué le hace falta: dale lo que pida. Llámalo por su nombre (el tuyo), dile palabras dulces y amorosas, exprésale tu amor, recomiéndale algo. Sé para él el padre que necesitabas cuando tenías esa edad.

Autor: Irina Parfénova — Psicóloga

Foto de portada: Evgeniy Azarenok

Fuente: http://genial.guru/

domingo, julio 26, 2015

El hombre en busca de la Resiliencia

foto-resiliencia
Considero justo y apropiado empezar a hablar de resiliencia citando a Viktor Frankl : “Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento”.

Frankl, psiquiatra, psicoterapeuta austríaco e ideólogo de la teoría psicológica conocida como Logoterapia, merece una mención especial, ya que es un ejemplo de una actitud resiliente y de cómo reconstruirse ante una vivencia traumática.

En otoño de 1942, junto a su esposa y a sus padres, fue deportado al campo de concentración de Theresienstadt. En 1944 lo trasladaron a Auschwitz y posteriormente a Kaufering y Türkheim, dos campos de concentración dependientes del de Dachau. El 27 de abril de 1945 fue liberado por el ejército norteamericano. Frankl finalmente sobrevivió al holocausto nazi, pero tanto su esposa como sus padres fallecieron en los campos de concentración.

A pesar de esta experiencia que, a día de hoy nos parece imposible que se haya vivido tan próxima a nuestro tiempo, Viktor expone en una de sus obras más célebres “El hombre en busca de sentido” que, incluso en las condiciones más extremas de deshumanización y sufrimiento, el hombre puede encontrar una razón para vivir.

Argumenta que es la búsqueda de ese sentido lo que nos motiva y nos llena de razones para vivir y comenta que “quien tenga un porqué para vivir podrá superar casi cualquier cómo”.

La resiliencia no es una capacidad innata ni una forma de entender y afrontar la vida que aparece por sorpresa, no es un superpoder ni una técnica automática que se activa ante la adversidad.

La resiliencia es una actitud, una capacidad que tenemos los seres humanos de afrontar y sobreponernos antes situaciones adversas (pérdidas, daño recibido, pobreza extrema, maltrato, abuso sexual, circunstancias excesivamente estresantes o victimizantes, etc.).

Supone un aprendizaje, una alta capacidad de adaptación ante los obstáculos del entorno y exige también la capacidad de poder recuperar el desarrollo vital que se tenía antes de producirse el estresor o circunstancia traumática.

Como toda reconstrucción, no es un proceso inmediato, esta capacidad implica sufrimiento, no nos engañemos, pero asumir esta actitud es la mejor forma de adaptación que conoce el ser humano. Consiste en un proceso de elaboración, no de borrado, supone integrar la pérdida, no olvidarla.

En la mitad del camino hacia la resiliencia aportamos y sacamos lo mejor de nosotros mismos, nos crecemos ante la adversidad y es al final del mismo cuando podemos hablar de recuperación y por tanto de felicidad. Dotar a nuestro camino de sentido significa disponer de todas las respuestas que puedan ir surgiendo a través de la evolución y del desarrollo personal.

No debemos olvidarnos que nosotros mismos somos los responsables de lo que hacemos, de lo que reímos, de lo que amamos pero también de lo que sufrimos y de lo que lloramos.

Los pilares de la resiliencia

Para comprender un poco mejor las estrategias de la reconstrucción personal citamos a Wolin y Wolin (1993), autores que exponen y describen los siete pilares de la resiliencia:
1. Introspección: hace mención a preguntarse a sí mismo y darse una autorespuesta honesta.

2. Independencia: se define como la capacidad de establecer límites entre uno mismo y los ambientes adversos; alude a la capacidad de mantener distancia emocional y física, sin llegar a aislarse.

3. La capacidad de relacionarse: incide en la habilidad para establecer lazos íntimos y satisfactorios con otras personas. Aquí encontraríamos cualidades como la empatía, la sociabilidad.

4. Iniciativa: implica exigirse y ponerse a prueba en tareas progresivamente más exigentes. Se refiere a la capacidad de hacerse cargo de los problemas y de ejercer control sobre ellos.

5. Humor: alude al hecho de encontrar lo cómico en la tragedia. El humor ayuda a superar obstáculos y problemas, a hacer reír y reírse de lo absurdo de la vida (Jauregui, 2007).

6. Creatividad: es la capacidad de crear orden, belleza y finalidad a partir del caos y el desorden. En la infancia se expresa con la creación de juegos, que son las vías para expresar la soledad, el miedo, la rabia y la desesperanza ante situaciones adversas.

7. Moralidad: se refiere a la conciencia moral, a la capacidad de comprometerse de acuerdo a valores sociales y de discriminar entre lo bueno y lo malo.

Ser resiliente depende en gran medida de estos pilares o capacidades que acabamos de citar pero me gustaría antes de dar por concluida esta reflexión recordar que; como personas somos lo que luchamos por ser, somos seres cambiantes no estáticos, hay que aprovechar esa plasticidad para adaptarnos y moldearnos ante las exigencias y dificultades.

Me defino como una persona bastante escéptica con el determinismo, pues considero que para cambiar hay que creer en el cambio y la felicidad es cierto que está en los pequeños, en los medianos y en los grandes detalles, pero no se trata de buscarla por los rincones, se trata de llegar a los rincones e inundarlos de felicidad.

La felicidad depende de nuestra actitud, por lo tanto, depende de nosotros mismos y me da pena mirar a mi alrededor y darme cuenta de que en la cultura que compartimos nos enseñan a estar estresados, a estar tristes, a tener miedos y a sufrir ansiedad; creo y considero que existe un interés social subyacente que promueve estos estados de miedo y ansiedad pero lo más importante y lo que tenemos que tener en cuenta y recordárnoslo diariamente es que ser felices depende sólo de nosotros, de ti y de mí.

“Una experiencia traumática es siempre negativa, pero lo que suceda a partir de ella depende de cada persona. En la mano del hombre esta elegir su opción, que o bien puede convertir su experiencia negativa en victorias, la vida en un triunfo interno, o bien puede ignorar el desafío y limitarse a vegetar y a derrumbarse.

Compartido por Jose Salido Botas

Fuente: http://psicopedia.org/