De todas las necesidades humanas, la salud es la más importante. Sin salud no se puede trabajar ni disfrutar de la vida. La falta de salud, sin embargo, no debe considerarse como un castigo. Muchas veces la enfermedad trae consigo lecciones importantes para el alma humana. Eso no quiere decir que haya que aceptar la enfermedad, sino pedir la ayuda celestial para encontrar y sanar tanto su causa como su manifestación. La sanación con los ángeles es parte del trabajo que un ser humano puede hacer con la ayuda de los seres celestiales. Consiste en pedir su ayuda para devolver la salud de cuerpo y alma.
Los ángeles actúan como intermediarios entre Dios y el ser humano, manteniéndose siempre en armonía con la voluntad de Dios. Pueden ayudar a cualquier persona si ésta se lo pide. A veces ayudan de manera clara y contundente, como cuando eliminan un dolor corporal después de una oración. Otras veces, ayudan al ser humano a sanarse a sí mismo, como cuando la sanación que requiere la persona tiene que ver con su actitud ante la vida. En ambos casos, la voluntad de Dios es que el ser humano llegue a entender las lecciones necesarias para mantener la salud física, emocional y espiritual.
Los ángeles y los milagros de sanación
Cuando los ángeles sanan directamente, una persona puede recibir un milagro de sanación. Al acudir al arcángel Rafael, el gran ángel sanador, o al arcángel Miguel, el arcángel que sana los miedos, o incluso a su propio ángel guardián, la persona podría experimentar una liberación inmediata del dolor o la enfermedad que no se puede explicar con datos científicos. Otras veces
En su libro Angelic Healing, Eileen Elias Freeman cuenta la historia de una mujer que recibió una sanación directa y milagrosa. Después de sufrir durante 6 meses dolores intensos por un brazo roto que no se sanaba, la mujer le rogó a Dios que le mandara un ángel para sanarla. Tan pronto oró de esta manera, se sintió en paz y el miedo desapareció. De esta manera, su mente sanó antes que su cuerpo, lo que hizo posible lo que ocurrió al otro día.
Cuando la mujer volvió a orar al día siguiente, sintió un calor en su brazo enfermo. Cuando al rato el calor se fue, el dolor había desaparecido. Aunque los médicos le habían dicho a la mujer que su brazo, aunque sanara, siempre quedaría débil, las radiografías indicaron que el hueso se había compuesto completamente, y el brazo estaba en buenas condiciones.
En otro evento de sanación con ángeles que describe la autora en el mismo libro, unos hombres habían ido a pasar unos días en una cabaña alejada de todo, con el propósito de sacar fotos de la naturaleza. Desafortunadamente, cuando uno de los hombres fue a buscar leña para la chimenea, la montaña de trozos de madera de dónde sacó la leña le cayó encima. Su amigo salió de inmediato en busca de ayuda, dejando al hombre solo en la cabaña con la radio prendida, una botella de licor y un poco de té. El hombre herido se sentó en la cama sin saber qué hacer.
El hombre sintió que debía permanecer callado en vez de gemir y quejarse, y así lo hizo. El dolor era fuerte y para intentar calmarlo decidió tomar un poco de alcohol. Ya cuando se lo estaba llevando a la boca, escuchó que una estación de radio extraña estaba interfiriendo con la música de la otra y decía “el alcohol es lo peor para el baso roto”. El hombre decidió no tomar.
Pero el hombre seguía mal y sentado. Otra vez apareció la voz en la radio, diciendo que a una mujer la habían hecho acostarse, arroparse bien, y subir los pies para que la sangre le llegara a los órganos vitales y evitar que cayera en “shock” antes de que llegara ayuda. El hombre siguió las instrucciones de la voz en la radio. Lo último que escuchó decir a la voz fue que la mujer había salido bien.
Aunque nunca lograron averiguar de dónde provino la transmisión, el hombre se salvó gracias a que siguió los consejos de la radio. La autora de Angelic Healing llega a la conclusión de que el ángel guardián de este hombre fue el responsable de orquestar el milagroso rescate.
La misión sanadora de los ángeles
Los ángeles son los mediadores de la sanación que Dios desea para el ser humano. De manera directa o indirecta, ayudan a restaurar la salud en cuerpo y alma para que el ser humano pueda llevar a cabo su misión de vida en este mundo.
Por Tanya Torres
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.