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sábado, marzo 16, 2013

Otro cuento...


«La gente no está dispuesta a renunciar a sus celos y preocupaciones, a sus resentimientos y culpabilidades, porque estas emociones negativas, con sus 'punzadas', les dan la sensación de estar vivos», dijo el Maestro.
Y puso este ejemplo:
«Un cartero se metió con su bicicleta por un prado, a fin de atajar. A mitad de camino, un toro se fijó en él y se puso a perseguirlo. Finalmente, y después de pasar muchos apuros, el hombre consiguió ponerse a salvo.
«Casi te agarra, ¿eh?», le dijo alguien que había observado lo ocurrido.
«Sí», respondió el cartero, «como todos los días».


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