A lo largo de la vida, tomamos un gran número de decisiones. Algunas para iniciar nuevos proyectos y otras para decidir si aquellos en los que estamos inmersos son los más favorables.
Así, en función de la personalidad, ciertas personas necesitan apoyarse más en sus seres queridos para actuar, mientras que otras se muestran más independientes. Sin embargo, es cierto que a pesar de que sea recomendable confiar en nuestro propio criterio, existen ocasiones en las que hay que atender a la opinión de los demás.
Un aspecto a tener en cuenta es que si, por lo general, somos incapaces de dirigir nuestro rumbo sin la aprobación externa es posible que llevemos a cabo conductas dependientes. Por lo que es necesario tener la suficiente autoestima para hacernos cargo de nuestra vida sin que el miedo a fallar nos paralice. Al fin y al cabo, si vamos a errar, es preferible hacerlo por nuestras propias elecciones que por seguir lo que otros nos dictan.
Sin embargo, existen circunstancias en las que nuestro juicio puede estar nublado y la opinión de una persona cercano puede mostrarnos una nueva perspectiva. Por ello, siendo conscientes de que un consejo va cargado de la historia personal de quien lo da, puede que nos resulte conveniente abrirnos a lo que nos están diciendo.
¿Cuándo atender a la opinión de los demás?
Un aspecto a tener en cuenta es que si, por lo general, somos incapaces de dirigir nuestro rumbo sin la aprobación externa es posible que llevemos a cabo conductas dependientes. Por lo que es necesario tener la suficiente autoestima para hacernos cargo de nuestra vida sin que el miedo a fallar nos paralice. Al fin y al cabo, si vamos a errar, es preferible hacerlo por nuestras propias elecciones que por seguir lo que otros nos dictan.
Sin embargo, existen circunstancias en las que nuestro juicio puede estar nublado y la opinión de una persona cercano puede mostrarnos una nueva perspectiva. Por ello, siendo conscientes de que un consejo va cargado de la historia personal de quien lo da, puede que nos resulte conveniente abrirnos a lo que nos están diciendo.
¿Cuándo atender a la opinión de los demás?
Si el otro está involucrado
Sin duda, cuando una persona trata de hablarnos del vínculo que hemos establecido con ella hemos de escucharla. Muchas veces, cuando alguien nos expresa su descontento con nuestra conducta nos ponemos, automáticamente, a la defensiva y nos negamos a dialogar.
La realidad es que si se trata de un individuo al que verdaderamente apreciamos, deberíamos, por respeto, escuchar su perspectiva.
Bien es cierto que, con frecuencia, no sabemos expresarnos de un modo asertivo y las peticiones terminan sonando a reproches. Sin embargo, si un amigo, familiar o pareja te transmite que siente que has descuidado la relación o que algunos de tus actos le hacen daño, escúchalo.
Esto no quiere decir que tengas que aceptar o estar de acuerdo con su pensamiento, pero al permitir una conversación le estarás demostrando que sus sentimientos son importantes para ti. Más allá de esto, podréis abrir un debate y una reflexión para explicaros y restaurar la armonía en la relación.
Sin duda, cuando una persona trata de hablarnos del vínculo que hemos establecido con ella hemos de escucharla. Muchas veces, cuando alguien nos expresa su descontento con nuestra conducta nos ponemos, automáticamente, a la defensiva y nos negamos a dialogar.
La realidad es que si se trata de un individuo al que verdaderamente apreciamos, deberíamos, por respeto, escuchar su perspectiva.
Bien es cierto que, con frecuencia, no sabemos expresarnos de un modo asertivo y las peticiones terminan sonando a reproches. Sin embargo, si un amigo, familiar o pareja te transmite que siente que has descuidado la relación o que algunos de tus actos le hacen daño, escúchalo.
Esto no quiere decir que tengas que aceptar o estar de acuerdo con su pensamiento, pero al permitir una conversación le estarás demostrando que sus sentimientos son importantes para ti. Más allá de esto, podréis abrir un debate y una reflexión para explicaros y restaurar la armonía en la relación.
Si está en juego tu bienestar
En otras ocasiones, nuestros seres queridos nos alertan de que cierto aspecto de nuestra vida nos están causando un daño que nosotros no logramos ver.
Tal vez, nos instan a reducir el ritmo de trabajo, pues observan cómo el estrés está haciendo mella en nuestra salud. O quizá se preocupen por el modo en que llevamos nuestra relación de pareja.
De nuevo, nuestra primera reacción será, probablemente, sentirnos ofendidos y negar todas sus observaciones. Sentiremos que nos consideran incapaces de tomar buenas decisiones y que no deberían entrometerse en nuestros asuntos.
No obstante, es recomendable escuchar sus argumentos y realizar un proceso de introspección. Por lo general, cuando un comentario nos hace saltar como un resorte es porque esconde una verdad incómoda.
Si estamos seguros y convencidos de nuestras acciones y estilo de vida, la oposición externa no nos generará rechazo. Si lo hace, es que tal vez se nos está presentando, de boca de otra persona, aquello que nosotros también sentimos y no nos atrevemos a reconocer.
¿Qué debes considerar al atender la opinión de los demás?
Que alguien tenga un punto de vista diferente al tuyo no significa que estés siempre equivocado. Por ello, has de tener claros ciertos aspectos cuando recibas una opinión externa:
Para abrirnos a una opinión ajena es importante que esta provenga de una persona que sepamos que nos aprecia y busca únicamente nuestro bienestar. Por ello, es conveniente detectar hasta qué punto su consejo está expresando sus propias vivencias personales, pues entonces no sería objetivo.
Por último, hemos de escuchar los argumentos contrastables que nos ofrece (por ejemplo: «estoy preocupado porque el otro día vi cómo tu pareja te levantó la voz»). Y, sobre todo, hay que analizar si nosotros, tras vencer el orgullo y la reticencia inicial, estamos de acuerdo con lo que expone. Si, tras reflexionarlo, encontramos cierta verdad en sus palabras.
A veces, es necesario escuchar aunque no queramos hacerlo.
Elena Sanz
En otras ocasiones, nuestros seres queridos nos alertan de que cierto aspecto de nuestra vida nos están causando un daño que nosotros no logramos ver.
Tal vez, nos instan a reducir el ritmo de trabajo, pues observan cómo el estrés está haciendo mella en nuestra salud. O quizá se preocupen por el modo en que llevamos nuestra relación de pareja.
De nuevo, nuestra primera reacción será, probablemente, sentirnos ofendidos y negar todas sus observaciones. Sentiremos que nos consideran incapaces de tomar buenas decisiones y que no deberían entrometerse en nuestros asuntos.
No obstante, es recomendable escuchar sus argumentos y realizar un proceso de introspección. Por lo general, cuando un comentario nos hace saltar como un resorte es porque esconde una verdad incómoda.
Si estamos seguros y convencidos de nuestras acciones y estilo de vida, la oposición externa no nos generará rechazo. Si lo hace, es que tal vez se nos está presentando, de boca de otra persona, aquello que nosotros también sentimos y no nos atrevemos a reconocer.
¿Qué debes considerar al atender la opinión de los demás?
Que alguien tenga un punto de vista diferente al tuyo no significa que estés siempre equivocado. Por ello, has de tener claros ciertos aspectos cuando recibas una opinión externa:
- ¿Es una persona de confianza?
- ¿Cómo está reflejando su propia historia?
- ¿Hay hechos concretos que respalden su punto de vista?
- ¿Qué opinas tú al respecto?
Para abrirnos a una opinión ajena es importante que esta provenga de una persona que sepamos que nos aprecia y busca únicamente nuestro bienestar. Por ello, es conveniente detectar hasta qué punto su consejo está expresando sus propias vivencias personales, pues entonces no sería objetivo.
Por último, hemos de escuchar los argumentos contrastables que nos ofrece (por ejemplo: «estoy preocupado porque el otro día vi cómo tu pareja te levantó la voz»). Y, sobre todo, hay que analizar si nosotros, tras vencer el orgullo y la reticencia inicial, estamos de acuerdo con lo que expone. Si, tras reflexionarlo, encontramos cierta verdad en sus palabras.
A veces, es necesario escuchar aunque no queramos hacerlo.
Elena Sanz
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